2018 noviembre
¿Qué es la ginecomastia?
En 28, Nov 2018 | 6 Comentarios | En Desarrollo Sexual Diferente | Por Noe
¿Qué es la ginecomastia?, ¿por qué se intervienen con cirugías?, ¿es una enfermedad?, ¿las personas hermafroditas existen o son productos de los cuentos? …
Mi nombre es María José, nací el 25 de noviembre del 95, desde muy niña estas preguntas me han llenado la cabeza desde que supe leer y en la escuela nos las mencionaron muy levemente, desde entonces no paré de leer, buscar, investigar.
Mi mamá es peruana y mi papá de aquí, la mitad de mi vida la viví allá en Perú, donde vi desde muy niña a los varones sin remera cuando hace calor (como en todo el mundo) y a sus pechos súper desarrollados, ginecomastia le empezaron a decir, y digo empezaron porque la incógnita es ¿Cuándo la empezaron a llamar así? ¿Existió siempre la ginecomastia en la antigüedad? ¿Es cancerígena? ¿Puede alguien vivir con ella el resto de su vida? ¿Qué la ocasiona y que hace que no suceda? ¿Por qué no se da en todos los niños? – La respuesta – las hormonas – la cultura colonial impuesta sobre América – no, no es cancerígena.
Empecé mi transición hormonal consciente a los 18, después de haber pasado por muchos procesos de empoderamiento sobre mi alimentación y de visitar a muchos médicos alopáticos, naturistas, ayurvedas , chinos, explicándoles que no quería tomar pastillas para hacer mi transición . ¡Ah! Dato importante: nací como una niña con pene, como la Diana Sacayán, como la Laura Moyano, como La Azul Montoro, que fueron otras niñas que nacieron como yo.
Los médicos muy poca información tenían sobre lo que les hablaba, pero con los datos sobre menopausia y andropausia me bastó para elegir qué comer y qué no comer, porque la comida al entrar por la boca y disolverse en el organismo se integra a la sangre, toda la información de lo ingerido y la sangre es el medio de las hormonas.
Entonces empecé a tener una alimentación y un proceso de investigación estricto sobre el cuerpo, las hormonas y el género.
La quinua, la mandioca, el maíz, la kiwicha, la kañiwa, el aguaje, la soya son plantas con altos niveles de estrógenos. No es casual que durante el proceso de invasión colonial sus cultivos hayan sido prohibidos, sobre todo la quinua. Y la hierba buena, la salvia, y otras más usadas para inhibir la testosterona ( de estas plantas fueron hechos los derivados de los medicamentos actuales para las terapias de reemplazo hormonal , que en un principio de la medicina alopática fueron usadas para que las mujeres con barba dejen de existir en Europa y así tratar de extinguir al hermafroditismo )
Tuve la suerte de visitar muchos museos en Perú , y tuve acceso virtual al museo travesti del Perú, en donde los manuscritos de los colonizadores, enviados a España , señalaban que aquí no había “hombres” , lo podemos tomar de muchas maneras, por un lado el que no existía el genoma que ellos traían (barba , pechos planos , cabezas calvas y vello en cantidad distribuido por todo el cuerpo), por otro lado que en las lenguas originarias no existe la distinción de género – masculino y femenino – mas sí existe la palabra “warmi” y “runa” en el quechua actualizado, teniendo en cuenta que esta lengua pasó por muchos procesos de adaptación, significan ¿“hombre y mujer”? o ¿masculino o femenino?, ¿o útero portante y testículo portante? Como especificaciones genitales más que actitudinales… son teorías por ahora, ya que la cultura inca ha sido sobre explotada en comercio y ante la necesidad de vender una cultura aceptable se han tapado muchísimas cosas (Véase museo travesti del Perú y libros del Inca Garcilaso de la Vega, que fue el primer inca que aprendió a escribir castellano, de este último téngase en cuenta que él o ella, estaba preso/a en España, escribiendo para la monarquía sobre su cultura , en un lenguaje nuevo que estaba asimilando, usado quizás como una estrategia para que nos dejen de matar)
Y aquí nuevamente el dato de ginecomastia como enfermedad, nos encontramos con que la alimentación andina es rica en estrógenos, entonces ¿siempre existió? ¿En el imperio incaico o antes? ¿Tendremos alguna fuente de donde sacar esta información? ¿y siempre fue visto como una enfermedad? Por supuesto el índice de ginecomastia en el ande es visiblemente más alto que el de Argentina donde nos alimentamos con platos europeos, justamente el trigo, la cebada, animales muertos (sobre todo la vaca) productos lácteos, el centeno, el girasol, la avena son plantas exóticas que contienen un nivel alto de testosterona, eso es lo que hace que los cuerpos de los varones sean muy distintos, que estén calvos, con espaldas y pechos llenos de vellos al igual que sus barrigas, que tengan una barba muy tupida que se une con su cuello, ese era el destino para mi cuerpo si seguía esa línea de alimentos, que son justamente los del alcance popular… criollos, facturas, alfajores, ñoquis, fideos, etc.
Hace poco me invitaron a participar de un proyecto de investigación antropológico, esperamos se apruebe pronto por la Nación, es sobre padres lactantes, una recopilación histórica de padres (hombres CIS genero) que han dado de amamantar y aquí el dato que esperábamos: ¿Cuándo empezamos a dividir las actividades de la crianza tan estrictamente, si todos los cuerpos nacemos con tetas? ¿Cuál es la necesidad de esta cultura impuesta, por enseñarnos que solo las personas con útero pueden desarrollar sus glándulas mamarias?
Y el hombre al trabajo y la mujer a la casa, el hombre puede desapegarse de la lactancia, del parto, de elegir si tenerlo o no tenerlo, abortar o no abortar… ¡cuántas cosas!
He visto a muchas de mis compañeras trans secretar leche por sus mamas, y llorar de la alegría y explosión sensible…entonces ¿seguimos viéndolo como una enfermedad?
María José Brizuela, llamada “La Fe” por algunes, es nacida en córdoba en 1995 de madre peruana y padre gitano-argentino, criada en Lima Perú, vivida en la cordillera post apocalíptica, estudió violín en los semáforos, recibida en la universidad de la supervivencia, participa del teatro como música en escena , toca sus composiciones musicales en bares y centros culturales donde sus creaciones son tocadas desde esa niña que es , que fue, y empaña de realidad trava cada nota, ilustradora, yuyera, buscadora sin fin.
Aliadx
En 22, Nov 2018 | Sin comentarios | En Poesías | Por Noe
tengo un cuerpo
su poder
es asentarse en tierra
dejarse atravesar por el tiempo
decir cosas con su forma
con su goce
con su límite
pero cómo es mi cuerpo
apenas lo conozco
apenas lo comparto
apenas muestro y observo algo de sí
se me escapan sus vísceras su aura
hasta dónde es mi cuerpo
hasta cuándo
cómo podría ser distinto y para qué
cómo lo nombro
cómo lo trato
cómo lo uso
tengo un cuerpo
un universo
una raíz
un canal
su magia es sentir
comunicarse
hacer en mundo
puedo oírlo o callarlo
censurar o alabar
tengo un
cuerpo
puedo
hacer de él una fiesta que convida
escuchar su voz interna
-antes que la moda que la norma que el mandato-
confiar en él
en lo que pide
en lo que expresa
en lo que ama
su poder excede lo que conozco
las maneras que aprendí
podría agradecer
podría conmoverme de mi cuerpo
existir en asombro
C.
Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito. Escribe sobre todo poesía. También juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y tejido para adultos, y de lectura y escritura lúdica para niños. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permitetambién se divierte con eso.
En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.
Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzo a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es.
Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes y esta Córdoba que nos une, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..
Inst: sayiyisa
Facebook: Sayi Ilustraciones y otras hierbas
Mujeres, americanas, sobrevivientes
En 08, Nov 2018 | Sin comentarios | En ¡Hasta la victoria, always! | Por Noe
Los plazos de esta guerra no son como los de una vida humana. Por eso, vean que la memoria se mantenga encendida y custodiada.
(Liliana Bodoc, “Los días del venado”)
Me parece que esto ya lo dije antes, pero como dice mi psicóloga, lo que no se elabora se repite, así que va de nuevo: soy hija de setentistas. Eso significa que muchos de mis amigos y amigas son huérfanos, que otros siendo muy chiquitos tuvieron que ir a celebrar el día de la madre a alguna cárcel y que otros, como yo, tuvimos que conocer otros países y usar pasaporte antes de haber dejado los pañales.
La cosa es que crecí en un país europeo. En España, para ser más exacta. Y en la escuela primaria me enseñaron que Colón descubrió America. Que la reina Isabel confió en este navegante genovés y le dio tres carabelas, la Pinta, la Niña y la Santa María. Y que Américo Vespucio gritó “¡Tierra!, ¡tierra!” Y en su honor le pusieron América a un continente.
Siempre me hizo un poco de ruido esa historia de Colón descubriendo las Indias y ocupando pacíficamente un territorio para fundar un crisol de razas. Aunque lo que me daba verdadero terror era pensar que hay padres capaces de ponerle “Américo” a su hijo. Se ve que en el secundario cambió el plan de estudios o la bibliografía o qué sé yo, y a ahí ya la historia no era tan divertida. Parece que mataron bocha de indios estos conquistadores y que tan buenitos no eran. Recuerdo a una profe de historia de segundo año enumerando los pueblos masacrados y mirándome de reojo con incomodidad. O tal vez con culpa.
Lo loco es que cuando en julio de ese año mi mamá y yo volvimos a Argentina y me tocó terminar la escuela en este país, un país americano, un país colonizado, un país víctima de varios genocidios; en la clase de Historia me seguían contando que Colón y las tres carabelas y el encuentro de culturas y el crisol de razas. Cada vez entendía menos. Después me salieron con eso de la Conquista del desierto y dije: acá está la papa, con esto mataron a los indios que quedaban y los que quedan acá son todos europeos.
Y en eso resulta que nos vamos a vivir a una avenida que adivinen cómo se llamaba: Colón. Todo encajaba con mi teoría. Si quedaran habitantes originarios en esta ciudad, a nadie se le hubiera ocurrido llamar Colón a una avenida. Cerca de casa estaba el Instituto de Culturas Aborígenes “¿Qué se estudia acá?”, pregunté. “Varias cosas, lengua quechua, mapuche, guaraní…”. Casi me explota la cabeza. Salí a la Colón gritando: “¡Pues coño!, ¿quién enseña quechua si están todos muertos?” Y justo pasa una señora de barrio La toma y me dice:
“No mija, no estamos todos muertos. Yo soy comechingona”
“¿¿¿¡¡¡¡Viva!!!!???”
Ahí me avivé que quizás no éramos todos tan europeos en mi familia y me puse a interrogar a los abuelos que me quedaban vivos en busca de algún antepasado comechingón y resulta que los que vinieron e de Europa se acuerdan hasta del nombre del barco en que vinieron, del dialecto de Sicilia y de la mar en coche. Sin embargo la ascendencia de mi abuelo criollo se pierde en la nebulosa y aunque sospecho que por ese lado debo tener algún gen americano, no hay ninguna certeza.
Perdida estaba yo en esto de encontrar una identidad americana y en eso se me ocurre viajar a Bolivia. Andaba a mil con los preparativos del viaje y me encuentro con la Ire, una mujer hermosamente sorora que me dice: “¿Leíste a Rodolfo Kush?” “No, le digo, ¿qué es eso?” “No podés viajar a Bolivia sin esto” Y me mete en el bolso un ejemplar de “América profunda” impreso en papel finito, como de biblia. “Es mi biblia”, me dijo, y desapareció como quien sabe que acaba de protagonizar un hecho importante. Así son las acuarianas.
No sé si entendí todo, no soy buena para la filosofía, pero sé que ese viaje no hubiera sido lo mismo sin esa lectura y viceversa. Asomarme a la filosofía americana me permitió correrme de la perspectiva del turista blanco que se queja porque el bondi que va a Coroico se queda varado una hora al borde de un precipicio. Me ayudó a encontrar en esa vulgar anécdota de vacaciones algunas enseñanzas que intento no olvidar: que estamos indefensos ante la naturaleza, que no podemos controlar todo, que a veces la actitud más sabia es dejarse estar y que el tiempo decida. También me permitió comprender a esa chola que me miraba con desprecio porque me veía tan blanquita, y al guía de Tiahuanaco que por nada del mundo se iba dejar sacar una foto y que te hablaba con orgullo de su lengua aymará, que ahora es obligatoria en las escuelas, pero que sus padres tuvieron que hablar a escondidas para no ser castigados.
Se me sigue atando bastante la rama cuando pienso en la tierra y los pueblos originarios, a veces pienso que no tengo por qué hablar de nada de esto si no pertenezco a uno de esos pueblos, pero escuché a un profe del Instituto de Culturas Aborígenes decir que no hace falta ser comechingón o aymará para defender y apoyar las luchas por la tierra: sólo hay que ser consciente de que todas y todos venimos de la tierra y nos nutrimos de ella. O sea, menos buscar el ancestro comechingón y más empatía y pensamiento comunitario.
También pienso que como mujeres, como americanas y como ciudadanas de un país que atravesó la experiencia del terrorismo de Estado pertenecemos a una comunidad que ha sido y es triplemente violentada. Que somos sobrevivientes de tres genocidios. Que estamos en lucha por nuestra libertad y nuestros derechos y esa lucha nos hermana con las comunidades originarias en su reclamo por algo tan básico como la tierra que habitan hace siglos, con las Madres y Abuelas de Plaza de mayo, con Milagro Sala, con las vecinas y vecinos de Juárez Celman injustamente desalojados, con la familia de Santiago Maldonado, que no era mapuche pero era ser humano y pudo comprender esa hermandad. Que cada lucha nace de una lucha anterior y es la memoria la que nos permite darle sentido al tiempo que vivimos y a la tierra que pisamos.
¡Hasta la victoria, always!
Florencia Ordóñez nació en Córdoba el 8 de marzo de 1977. Es licenciada en cursillos de nivelación y posee un doctorado en abandono de carreras universitarias. Escribe, publica libros propios y ajenos desde el sello Malasaña Ediciones, hace stand up, coordina talleres de escritura; ha incursionado en la actuación y el teatro de títeres. También se ha desempeñado en varios trabajos decentes de los que fue oportunamente despedida. Políticamente se define como feminista silvestre y anarco-peronista.
Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzo a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es. Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes y esta Córdoba que nos une, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..
Inst: @sayiyisa
Facebook: Sayi Ilustraciones y otras hierbas
Gente de la Tierra
En 06, Nov 2018 | Sin comentarios | En Poesías | Por Noe
la tierra es de quien la trabaja
dicen unas
la tierra es de quien la habita
dicen otras
pero no
en realidad la tierra no es de nadie
nacemos jugamos maduramos morimos en la tierra
que nos da cobijo y alimento
y aguas que la surcan para beber regar hacer crecer
de la tierra se levantan los árboles
los brotes
sobre la tierra duerme el caballo y la cabra
pone sus huevos el ñandú
colorean aroman las florcitas silvestres
la tierra es un volcán de vida en erupción constante
un ramal de energía
una columna vertebral
una casa
y es también el aire que la envuelve
y las nubes que se forman al calor del agua
y las aves que la vuelan
y los astros que la alumbran
y las gentes que viven por su gracia
visión la de los pueblos que reconocen su origen
en lo que da la madre de sustento
en su fecundidad
mapuche significa gente de la tierra
no dueña de la tierra
no propietaria
sino gente de la tierra
perteneciente a la tierra
identidad indisoluble
unicidad
no hay alambrado para la consciencia
el viento atraviesa con semillas
las siembra allá
la verdad es como el viento que excede todo y no toma nada
solamente mueve
solamente muestra
tiene unas leyes infinitas
y es alegremente bella como una puesta de sol
como una brisa en noviembre
una manzana
la cordillera
la nervadura de una hoja
las rompientes de un mar
C.
Camila García Reyna
Nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito.
Escribe sobre todo poesía. También juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y tejido para adultos, y de lectura y escritura lúdica para niños. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permitetambién se divierte con eso.
En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.
Federica Jachymiak
Nació en la Ciudad de Córdoba, en el invierno de 1995. Cursó la Licenciatura de Escultura en la Universidad Nacional de Córdoba. Artista visual, dibujante, ilustradora, escultora, autodidacta en animación. Realiza trabajos individuales y grupales en diversos formatos y lenguajes artísticos. Feminista, disfruta de habitar en ferias, apuesta por la autogestión. Impulsada por el amor a la libertad, la bici, viajar, el mar y el entrecruce entre las artes.
Contacto: fede.jachymiak@gmail.com
Instagram: @fedenbici