Que Sea Ley
Las memorias de los nacimientos
En 25, Mar 2020 | En Que Sea Ley | Por Blogueras
El primer proyecto de IVE (Interrupción voluntaria del embarazo) se presenta en el año 2007, ingresaría posteriormente al congreso siete veces más. Es entonces cuando cobra protagonismo de la mano de las luchas feministas que progresivamente adquieren una visibilidad contundente. El año 2018 sería clave, es tratado por primera vez con la fuerza de la lucha en la calle, con la mirada múltiple de las diversidades, con los debates ampliados, las cosmovisiones, los partidos y las agrupaciones políticas y sobre esta disyuntiva, las redes como canales protagónicos de intercambio de ideas. Aunque es finalmente rechazado por el Senado con tan solo 7 votos de diferencia.
De todo este debate, el tema harto confesado es la verdadera posibilidad de decidir sin morir por interrumpir un embarazo. En este marco, la presencia de testimonios se convierte en la principal herramienta de empatía. Son los casos que comenzaron a multiplicarse, saliendo de la oscuridad confesados desde las redes, contando las historias en primera persona, poniéndole palabras a todo lo que durante años se había silenciado.
Los discursos clandestinos emergieron de todas partes: personas con capacidad de gestar que, con y sin posibilidades económicas, atravesaron la clandestinidad, poniendo su vida en riesgo. A pesar del fantasma de la muerte que encierra esta elección, decidieron igual sobre sus cuerpos y cuerpas. La principal barrera social es el miedo, miedo a morir, a sobrevivir con culpa, a no tenerla, a sufrir desde el silencio, al no poder parir cuando se decida, a anteponer los proyectos personales al destino materno. Este último, representado tantas veces en la vida de las mujeres como una acción de inercia, unidireccionada a estereotipos rígidos de felicidad por haber cumplido con una misión social. Mucho menos incluye a las diversidades y la posibilidad de xaternar de manera alterna. Claramente el placer de estos cuerpos y cuerpas no forma parte del universo de lo posible, incluso el castigo está relacionado a una contraprestación del deseo. Los discursos sobre la adopción se esgrimen una vez más desde una visión utilitarista de las mujeres y personas con capacidad de gestar, como meros envases descartables. Sin importar la psique de quien esté por parir, debe ser medio para aquelles otres que no pueden ser xadres, objetualizándonos e imponiéndonos nuevamente un modelo de sacrificio por les demás.
Siguiendo esta lógica, los discursos de los grupos autodenominados “pro-vida” focalizan en argumentos que buscan seguir clandestinizando el aborto, relativizando las cifras de mujeres muertas, la capacidad de decisión, desde la visión del castigo. Pero este castigo excede la mirada legal ya que trasciende al territorio de lo moral, el deber ser. Harto escuchado en radios oficiales monopólicas el discurso del Portal de Belén, en el que se impone la visión de la vida desde la concepción, la criminalización de las personas que deciden sobre su cuerpo y por último hace referencia a un supuesto error o falta cometido por estes, perdonado por “la misericordia de dios”, invitando a resarcir la culpa a cambio de unirse a sus filas.
El 2020 se nos presenta como un desafío, nuevos actores van a protagonizar lo que se presiente como un momento histórico de nuestra Nación. En este sentido, el actual presidente ya expuso que iba a presentar un proyecto de ILE (Interrupción legal del embarazo) lo que conlleva para el arco político un posicionamiento explícito sobre el tema, generando una revisión del mismo dentro de los sectores que, en principio, podrían estar en contra y son simpatizantes o propios de la nueva gestión de gobierno. Esto renueva las expectativas, sobre todo para quienes estamos a favor de que la clandestinidad sea el viejo recuerdo de una mirada oxidada hacia las personas con útero, lo que decidimos, nuestro deseo, nuestro derecho al placer y a una vida libre de violencias. Hay algo que en este tiempo hizo que supiéramos que no hay vuelta atrás, el debate no sólo abrió la puerta a un discurso contrahegemónico, sino que nos unió como movimiento, nos invitó a formarnos, a buscar herramientas de diálogo y sobre todo a salir de la clandestinidad en la que nos creíamos envueltas y aisladas. Porque hemos decidido unir voluntades y no callarnos, porque damos nacimiento a esta revolución, porque solas, nunca más.
Luciana Gómez tiene 39 años. Es Licenciada en Letras Modernas. Acompaña hace ya casi cuatro años a mujeres en situación de violencia. Coordina talleres de género en diversas instituciones educativas y además es docente.
Soy Pilar Emitxin, ilustradora y productora gráfica de Córdoba. Realizo gráficas feministas y de lucha, además de hacer carteles, flyers y demás tareas (trabajo) de diseño para los espacios colectivos que conforman nuestro movimiento, como asambleas locales, colectivos internacionalistas de solidaridad, medios feministas independientes, etc. Son imágenes que recorren las sensibilidades que me atraviesan como parte de un gran colectivo que lucha por un feminismo de clase, de color, internacionalista, que respete y ponga en el centro los procesos disidentes colectivos, en defensa de todas las formas de vida, políticos, comunitarios, sexuales, identitarios, antirracistas, etc. Cada imagen trae adentro horas de trabajo, de reflexión, de dolores, de caminos transitados por esta cuerpa que trabaja y lucha en el seno de un mundo en convulsiones. Facebook e Instagram: @emitxin
Experiencias humanas
En 26, Jun 2018 | En Poesías, Que Sea Ley | Por Noe
no te conté la impresión que me dio acompañarte al médico
a hacerte la eco
saber las semanas
que todo estaba en orden
que eran dos
sentía miedo de lo que seguía
de lo que ibas a hacer
de la decisión tomada
tristeza
pero ahí yo
no sé por qué
haciendoté el aguante
visitandoté después a ver cómo estabas
cómo te sentías
acordandomé de la vez que pensé en hacer lo mismo
pero al final fue sólo atraso prolongado
teníamos en ese entonces parejas estables
estudiábamos en la universidad
contábamos con el dinero que nos daban en casa para comprar apuntes
no queríamos ser madres…
no sé lo que pensaba entonces
no sé lo que pienso ahora
no podía ponerle palabras
estaba ahí
sin consejos
ni justificaciones
sin preguntas
mirando que todo transcurriera sin sobresaltos
según indicaciones
que esta vez fuera mejor que la primera
adolescente
maltratada
en un hospital público
ahora sé
que lo que duele es el juicio
ajeno propio
que la vida siempre está sembrando
que lo que acaba es una posibilidad
que seguirá otro curso
tampoco te dije nunca
que agradecí que hubieras juntado la plata para las pastillas
que había una socorrista del otro lado
que estás sana
que pude acompañarte
que elegiste
lo que consideraste
bien
C.
Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito.
Escribe sobre todo poesía. También juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y tejido para adultos, y de lectura y escritura lúdica para niños. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permite
también se divierte con eso.
En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.
Ilustración: Alulina
Agostina Rassetto, nacida en 1992 en San Francisco, Córdoba. Siempre sumergida en el mundo de la artesanía y trabajo manual, dibuja por placer, emprende con muñecos de tela y encuadernación, profesora de Artes Visuales en formación.
Córdoba Capital
Nuestra venganza es ser felices
En 20, Jun 2018 | En ¡Hasta la victoria, always!, Que Sea Ley | Por Noe
Tú me quieres virgen
tú me quieres santa
tú me tienes harta
(Mujeres creando)
Hay algo que me encanta hacer cada vez que camino por las calles de una ciudad o un pueblo y es observar los graffittis en las paredes. El otro día, caminando por el centro de Córdoba vi uno que decía: “Ay, qué pena que me da, la mamá de Macri no supo abortar”. Pero le habían tachado la palabra “abortar” con fibrón negro. ¿Qué onda? Si te molesta tanto y estás en la onda censuradora, podrías haber tachado todo, ¿por qué sólo “abortar”? Tengo la sensación de que a muchas personas les da miedo la palabrita. Como si leyeras la palabra “aborto” y ¡zas! te abortaras encima. Sí, definitivamente hay mucho miedo. Miedo a decir las cosas por su nombre y a que las mujeres hagamos con nuestra cuerpa lo que se nos cante. Miedo a la palabra aborto, a la palabra cuerpa (“porque no está aceptada por la Real Academia”) y sobre todo miedo a la palabra feminismo. Por eso, queridas lectoras, voy a exponer acá algunas cosas que las feministas no hemos hecho nunca y que tampoco vamos a hacer, ni siquiera ahora que la Ley de interrupción voluntaria del embarazo ya tiene media sanción:
No vamos a vender empanadas de feto para poder viajar al Encuentro nacional de mujeres. Seguiremos sacrificando para estos fines a otros mamíferos cuyo asesinato es socialmente aceptado tales como vacas y pollos. Quizás también asesinemos alguna que otra acelga para delicia de las comensales vegetarianas.
-No vamos a secuestrar embarazadas felices para obligarlas a abortar ni nos vamos a embarazar masivamente para poder abortar gratis, como tampoco nos hemos embarazado antes “para cobrar un plan”. La maternidad será deseada o no será. Tan simple como eso.
-No vamos a destruir la lengua por decir cuerpa o nosotres, porque la lengua es algo dinámico y en constante transformación, de lo contrario es una lengua muerta. Antes de escandalizarse por el lenguaje inclusivo, piensen que en la provincia de Córdoba, donde vivo, la expresión de uso más popular es “che culiau”.
-No vamos a salir en patota a degollar hombres al grito de “¡Muerte al macho!” en venganza por los femicidios.
Tranquilas. Tranquilos. No vamos a hacer ninguna de esas cosas. Porque el feminismo no es un movimiento de revancha, es un movimiento de igualdad y de lucha por los Derechos Humanos.
Cuando estaba en Bolivia vi un graffitti hermoso de un grupo de feministas de allá que se llaman Mujeres creando. Decía: “Nuestra venganza es ser felices”. Y no hay felicidad sin libertad y sin derechos. Por eso defiendo la educación sexual, los métodos anticonceptivos y el aborto legal, seguro y gratuito. Para que ninguna mujer tenga que morir en abortos clandestinos. Para que ni la Iglesia ni el Estado decidan sobre nuestras cuerpas. Para que todas podamos ser felices.
¡Hasta la victoria, always!
Florencia Ordóñez nació en Córdoba el 8 de marzo de 1977. Es licenciada en cursillos de nivelación y posee un doctorado en abandono de carreras universitarias. Escribe, publica libros propios y ajenos desde el sello Malasaña Ediciones, hace stand up, coordina talleres de escritura; ha incursionado en la actuación y el teatro de títeres. También se ha desempeñado en varios trabajos decentes de los que fue oportunamente despedida. Políticamente se define como feminista silvestre y anarco-peronista.
ilustración: Agustina Molina
Agustina Molina nació en 1989. De niña vivió en Villas Ciudad de América, una localidad de las sierras cordobesas, donde la gente atesora el gesto antiguo y la mano caliente, como el pan de la tierra.
Es antropóloga, ama las estrellas, los caballos, el limón, el ajo y el ají. Le encanta la poesía, pintar y bailar. Confía profundamente en que la revolución será feminista y, en que junt*s con lucha y organización popular podemos derrotar la ofensiva neoliberal.
Código Rosa. Relatos sobre abortos.
En 17, May 2018 | En Que Sea Ley | Por Noe
Estamos orgullosas de compartir libros de nuestras compañeras. Desde distintos lugares del país nuestras hermanas crean. Piensan. Asumen su lugar en el mundo y juegan sus papeles.
Dahiana escribe y dice. Tantas mujeres no pudieron decir. Tantas mujeres ya no podrán decir tantas cosas.
Nosotras abrimos la red a esta voz que anda replicando decires de muchas mujeres para incrementar la empatía, para acrecentar el amor y la sororidad. Los abrazos entre nosotras, en vez del juicio.
Los abrazos.
Por eso sumamos a nuestra biblioteca este libro, y a nuestra enredadera esta compañera.
Sobre el libro
Así y todo me llevó años pronunciarme con absoluta convicción a favor del aborto legal, seguro y gratuito: años de anécdotas de mujeres cercanas que tuvieron que abortar no en condiciones aberrantes, pero sí riesgosas para su vida y, en algunos casos, de mucha humillación y bastardeo por parte de los propios profesionales de la salud que las atendieron.
Entonces me hubiese gustado que un libro como este, Código Rosa, cayera en mis manos. Entonces y ahora también, por supuesto. Saber que podés abortar en tu propia casa, acompañada de quien quieras o, si querés estar sola, del otro lado de la línea telefónica hay Rosas que te escuchan y te apañan. Conocer distintas historias, distintas razones por las cuales una mujer decide no seguir adelante con un embarazo y comprender a cada una.
Código Rosa hubiera hecho más libre y menos temerosa mi adolescencia. Y seguramente hará más libres y más valientes las cabezas de todas las mujeres de cualquier edad que se zambullan en sus páginas.
Fragmento del prólogo de Selva Almada
Sobre la autora.
Dahiana Belfiori.
Nació en Rafaela en 1977 -provincia de Santa Fe- lugar en el que reside. Cursó estudios universitarios en la ciudad de Córdoba. Es activista feminista, poeta y narradora.
Pertenece a Enredadera Colectiva Feminista. Desde el año 2008 hasta la actualidad ha publicado notas de opinión, críticas de teatro y danza, entrevistas y crónicas en diferentes diarios y revistas nacionales y locales. Muchos de sus textos fueron publicados en las contratapas del suplemento Rosario/12 del diario Página/12.