¡Hasta la victoria, always!
Un pájaro rebelde
En 26, Abr 2019 | Sin comentarios | En ¡Hasta la victoria, always! | Por Noe
“Lo difícil no era desatar la bestia
Lo difícil es qué hacer con las cadenas
cuando caen en desuso”
(Mariela Laudecina / Luis García, Luna en escorpio)
La verdad, estaba un poco confundida con esto del amor. O sea, puedo afirmar; con la sabiduría que me da el fracaso, que más o menos me imagino qué tipo de cosas NO son el amor: el amor no es el matrimonio, no es la pareja heterosexual y monogámica, no es hacer cola en un restaurante porque es San Valentín, no es la maternidad, no es una poción mágica que te salva del dolor de vivir en este mundo, no es la justificación para un femicidio, ni siquiera para un portazo o una escena de celos. Tampoco es tinder. “Muy lindo todo, Flor, te quedó re feminista y deconstruído el párrafo, pero es más complejo todo”, me dijo esa voz interna que cada tanto me habla en segunda persona. Y tenía razón. Porque ninguna de esas realidades que nombro SON el amor; pero también puede existir amor ahí. “En el femicidio no, bestia, ¿de verdad vas a poner eso?” Ok, ok, en el femicidio no, pero en todo lo otro sí puede haber amor. No siempre. No necesariamente. Pero puede haberlo.
A todo esto ya estaba en una fecha muy límite para subir algo al blog y no quería que la vocecita esa me siguiera taladrando el cerebro, así que hice una encuesta en redes sociales “¿Qué es para ustedes el amor?”
Hubo muchas respuestas. Creo que es un tema que no nos deja indiferentes y eso me gusta: “el amor es el hogar, llegar a casa, algo calentito como un fuego en invierno que entibia y no quema, el olor de los niños, el gato que te espera en la puerta.” O sea, el amor sería algo así como ver infinitos capítulos de la familia Ingalls tomando un té de yuyos mientras afuera llueve y el gato ronronea. Seguí leyendo: “Bailar, viajar, el vino, la revolución, una juntada feminista, el pueblo en lucha, tantas cosas como saltos al vacío nos imaginemos.” Interesante, a ver qué más me dicen: “Obsesión mutua, patología, bipolaridad.” Acá ya se parecía más a una película de terror la cosa, pero descubrí algo interesante a medida que iba leyendo: si bien el amor puede ser amor a una misma y manifestarse en acciones como auto regalarse libros; el vínculo con otros /otras es lo que más nos interpela cuando hablamos de amor: “Compartir, comunidad, amiga, hermana, empatizar, cebarle mate a personas que no conocemos, cuidar y que te cuiden, construcción social, aprender, dar, un espejo.” Y si hay un vínculo con otras/ otros, esperamos que sea desinteresado y transformador. Aunque la idea de reciprocidad también parece ser importante. Estaba casi casi arribando a una conclusión cuando me encontré con esta desconcertante respuesta: “Coso”.
Y sí, quizás el amor sea como la palabra “coso”, que nadie sabe bien que significa; pero sabemos cómo usarlo y para qué. La cuestión sería que ese significado que le damos al coso sea funcional a nuestros deseos y que podamos compartirlo con otros cosos. Salvo que mucho no nos interese el vínculo humano y entonces coso.
Después de leer todos estos interesantes aportes y muchos otros que no incluí acá por cuestiones de espacio y síntesis, tomé dos decisiones: la primera, aprenderme “L’amour est un oiseau rebelle”, mi aria favorita de la ópera “Carmen” (sí, vocecita, escucho ópera. Y sí, me hago la cantante de a ratos). La segunda, volver a terapia. No para que me den una respuesta, más bien para poder construir la mía. Que sin dudas estará impregnada por mis vínculos con otras y otros, pero que necesariamente debe separarse de ciertos discursos hegemónicos que reproducen paradigmas caducos y que causan muchísimo sufrimiento. La idea de amor que muchas y muchos aprendimos se está cayendo. Y en ese camino de reinventar el amor podemos sentirnos solas, frustradas, confundidas; pero avanzaremos, a veces a ciegas, superando temores y mandatos, con la certeza de ir en busca de algo que nos hará bien, a nosotras y al mundo. “¡Ahhhhh, bueeeee, tan épica te ibas a poner! ¡Ahora hay que ser Danaerys Targaryen con todos sus dragones para descubrir qué es el amor!” (Otra vez la vocecita) Ok, ok, le bajo un cambio: Y en ese camino también es válido ir construyendo algunas certezas que nos den cierta tranquilidad, aunque sean provisorias. Hoy me quedo con esta: amor es cuando no tenés que explicar ni los chistes ni el peronismo.
¡Hasta la victoria, always!
Florencia Ordóñez nació en Córdoba el 8 de marzo de 1977. Es licenciada en cursillos de nivelación y posee un doctorado en abandono de carreras universitarias. Escribe, publica libros propios y ajenos desde el sello Malasaña Ediciones, hace stand up, coordina talleres de escritura; ha incursionado en la actuación y el teatro de títeres. También se ha desempeñado en varios trabajos decentes de los que fue oportunamente despedida. Políticamente se define como feminista silvestre y anarco-peronista.
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