8M
8M
On 27, Mar 2019 | In Poesías | By Noe
primero íbamos llorando
pidiendo permiso pa que no nos maten
íbamos a encontrarnos para llorar juntas
vestidas de luto
una se hacía una úlcera en la córnea de tanto mirar el dolor nuestro
otra tenía tanto miedo que no volvía sola de noche a casa
en los papeles todo estaba bien y mal
dependiendo el papel
si era de diario o de leyes
y nosotras salíamos de los pozos de las cuevas del recuerdo
de los patrones tóxicos arrastrados
de aprender en las últimas y a los golpes
nos veíamos y nos abrazábamos
porque estábamos vivas
porque estamos vivas
porque estaremos vivas
pero pasaron cosas
pero pasaron fuerzas adentro del corazón
colores
multitudes
fiestas de ser nosotras
un huracán una marea
niñas venían entre todas
adelante
atrás
brillos y danzas
autodefensa
límites
poemas cantados en la boca
bellezas para ver
risa en el aire
pasaron cosas
planetas alineados
era de acuario
femenidad consciente
despertando
del sopor
a las dormidas
y una a la otra
y otre a la una
reconocidas
fuerza
ocupando el poder
juntas
estratégicas
certeras
con la flor y el arco
la diplomacia y el pan
el arte
de tomar la calle
C.
Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito. Escribe sobre todo poesía. También juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y tejido para adultos, y de lectura y escritura lúdica para niños. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permite también se divierte con eso. En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.
Sayi Paris Cavagnaro nació en Mendoza en 1988, pero comenzó a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es.
Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes y esta Córdoba que nos une, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..
No se cae, lo tiramos
On 21, Mar 2019 | In ¡Hasta la victoria, always! | By Noe
“Quizá no se trate en realidad de quién puede poseer a quién, de quién puede hacer qué a quién, incluso matarlo, sin ser castigado. Quizá no se trate de quién puede sentarse y quién tiene que arrodillarse o estar de pie o acostarse con las piernas abiertas. Quizá se trate de quién puede hacer qué a quién y ser perdonado por ello. No me digáis que significa lo mismo.”
(Margaret Atwood, El cuento de la criada)
Tengo un novio machista. El otro día me dijo: Gordi, cuando tengamos hijos yo te voy a ayudar a cambiarle los pañales y darle la mamadera y todo lo demás.
Ayudar, dijo.
Como comprenderán, eso desató una terrible discusión.
¡Ayudar, dijo!
Justo cuando me estaba yendo a la marcha del 8 de marzo, él dijo “ayudar”.
-Mi amor, escuchame una cosita. Acercate así no te tengo que gritar. Se supone que a ese hipotético ser humano lo vamos a fabricar juntos. Vos y yo, formando una familia. Vos vas a ser el papá, yo la mamá…va a ser hija o hijo de ambos. ¿Me podés explicar un poquito el concepto ese de ayudar?
-¡Ay, con ustedes las feministas no se puede hablar, no hay poronga que les…!
-¡Pará, pará, pará, pará, Roberto! Pensemos en una situación hipotética donde ese imaginario bebé ya haya nacido. La cosa sería más o menos así: yo tuve a este ser durante nueve meses en la panza, lo parí, me aguanté los vómitos, los mareos, las contracciones… Pero eso no es nada: Me aguanté el maltrato de los médicos, “Uy, a tu edad…va a nacer ciego y sin piernas”. Pero eso no es todo…me tuve que aguantar que mis amigos, familia, compañeros y compañeras de trabajo…me regalen esos bolsos de mierda, acolchados y con estampado de conejitos, “piri lis quisitis dil bibí” ¡Chiques!, estoy por ser mamá, no por empezar salita de cuatro. No tengo una sola cartera como la gente y me vienen con bolsos de conejitos. Diez tengo: cinco rosas y cinco celestes. Porque parece que no existe otro color para las cosas de los pendejos. ¡¡¡Lo voy a cargar yo el bolsito!!! ¿No me podían regalar algo de una estética más adulta? No les pido un supremo esfuerzo de imaginación. Un bolso negro de cuero está bien. Marrón, vaya y pase. Con flecos, con tachas, me la banco si no queda otra, pero ¡¡¡conejitos!!! Mención aparte para una persona de mi familia que no voy a nombrar, que me regaló un jardinerito de esos con panza. Hay tres cosas que le han hecho mierda la cabeza a mi generación: el terrorismo de Estado, las drogas y la moda esa de los jardineritos. Desde los cinco años que no uso jardinerito ¿Qué se piensan, que te embarazás y te brota el mal gusto? Por suerte la criatura ya nació, está sanita, hermosa, tiene todos los dedos de pies y manos, así que vos encargate de darle la mamadera, de cambiarle los pañales, de ponerle las vacunas, conseguirle escuela…todas esas cosas que se hacen con los niños en las sociedades capitalistas. Cuando tenga diecisiete años más o menos me avisás y conversamos lo del viaje a Bariloche, discutimos si universidad pública o privada… si necesitás que te pase guita, contá con eso. Pero tampoco exageremos…soy una artista independiente, hago lo que puedo. Gracias por la onda loco, la verdad que me re ayudaste con tus genes, nos salió hermosa la personita esta. Sos una masa, chabón. Te dejo porque tengo una vida. Nos hablamos, ¿dale?
¿Ves, Roberto? Eso sería “ayudar”.
Y muy oronda, peluca lila y glitter mediante, me fui a la marcha. Para descubrir horrorizada que:
Tengo un compañero de militancia machista. Estábamos en la marcha y le tocó una teta a una flaca que pasaba ¿vieron que hubo un grupo de chicas que marcharon en tetas? Bueno, a una de esas. Se dio cuenta de que había echado moco y como para arreglarla, le dice: “Perdoná, flaca, me tenté”.
Me tenté.
Lo agarraron entre cuatro compañeras: una del sindicato de docentes, una socorrista, una de las que marchaban en tetas y una que creo que era del PV. Peronismo Vegano. Lo peor de todo es que tuve que meterme a defenderlo al boludo este porque casi lo matan. Casi lo matan a palabras, a conceptos… Le gritaban: “¡Patriarcal!”, “¡Mi cuerpo es mío!”, “¡Lo personal es político!” Imagínense si en esas circunstancias el compañero se lastimaba, se desmayaba o lo que fuera…ya iban a salir los machistas a decir “¡Vieron, de la violencia hacia el varón nadie habla!”, “¿Para cuándo el día del hombre?” Porque son un bloque: peronistas, troskos, jipis, veganos…no importa. Los machistas son un bloque.
Me fui a la mierda de ahí, sin saber muy bien qué hacer, imagínense, por un lado una marcha feminista plagada de machos, por otro lado volver a casa y escuchar a Roberto hablando de “ayudar”. Me fui a un bar.
Después de la quinta cerveza me encontré sosteniendo esta conversación con un grupo de desconocidas (leáse con dicción pastosa y a los gritos, por favor):
– Vivo en una provincia machista donde un 70 por ciento del padrón votó a un presidente que es el más machista de todos y dice que a las mujeres nos encanta que nos miren el culo por la calle y nos griten cosas. Un presidente tan machista que despide trabajadoras, que le baja la jubilación a tu vieja, a tu abuela, a vos… Pero no hay que quejarse, chicas, no seamos tan mala onda. Valoremos las cosas buenas que el estado hace por las mujeres. Por ejemplo hoy en día en Córdoba mientras tu ex marido golpeador que vive a media cuadra a pesar de la medida de restricción te caga a trompadas, podés apretar el botón anti pánico y te va a cagar matando igual. Pero va a quedar registrado y hasta va a salir en La voz del interior. Hay que ver el vaso medio lleno, mujeres. Antes no éramos nada. Hoy, somos un dato estadístico.
Después de lo cual me tomé el último vaso medio lleno. Lo sucedido después es confuso: hay quien dice que vomité las pelucas de toda la concurrencia y luego perdí el conocimiento. Otras versiones afirman que me sacaron en andas del local al grito de “¡Y sííííí, señoooooor / vamos a llenar de machos el paredóóóóóón!” Es posible que todas las versiones sean falsas.
Espero no haber aburrido al público lector con esta lamentable crónica. Me sirvió para pensarnos a nosotras las mujeres en la lucha contra el patriarcado. Porque está más que claro que lo personal es político (aunque mi compañero de militancia y tantos otros no lo entiendan) y que el primer frente de lucha es nuestra casa, nuestra cama y nuestra conciencia. Pero eso no es todo en esta lucha. También lo es salir a la calle, organizarse con otras, disputar espacios de poder; muchas veces dialogando con lógicas patriarcales que no nos representan, definir qué espacios queremos que sean mixtos y cuáles no, tener una voz pública y poder de decisión real. Porque queremos igualdad; queremos aborto legal, seguro y gratuito; porque la cultura de la violación y el femicidio tienen que terminarse, porque la violencia simbólica en los medios masivos de comunicación también vulnera nuestros derechos, porque estamos hartas de que nuestra opinión, nuestros saberes y nuestro trabajo valgan menos que los de un hombre. Por todo esto y tantas cosas más, la política, desde el lugar en que cada una la entienda, es la salida. El partido, el sindicato, el centro vecinal, las organizaciones sociales, los espacios de feminismo y diversidad, los colectivos artísticos, el centro de estudiantes, el equipo de fútbol, la feria del barrio y hasta la cooperadora de la escuela son espacios desde los que podemos construir una visión del mundo más igualitaria y justa. No se va a caer. Lo estamos tirando con organización.
¡Hasta la victoria, always!
Florencia Ordóñez: nació en Córdoba el 8 de marzo de 1977. Es licenciada en cursillos de nivelación y posee un doctorado en abandono de carreras universitarias. Escribe, publica libros propios y ajenos desde el sello Malasaña Ediciones, hace stand up, coordina talleres de escritura; ha incursionado en la actuación y el teatro de títeres. También se ha desempeñado en varios trabajos decentes de los que fue oportunamente despedida. Políticamente se define como feminista silvestre y anarco-peronista.
Federica Jachymiak: Cordobesa, artista visual, dibujante, ilustradora, escultora, autodidacta en animación. Realiza trabajos individuales y grupales en diversos formatos y lenguajes artísticos. Feminista, disfruta de habitar en ferias. Impulsada por el amor a la autogestión, la bici y el entrecruce entre las artes.
Contacto: fede.jachymiak@gmail.com
Instagram: fedenbici
Poemas para el #8M
On 07, Mar 2018 | In Poesías | By Noe
Les convidamos a escribir poemas para el 8M, para compartirnos, para leer en las actividades que organicemos en todo el pais, para disponer de ellos, para disfrutarlos.
1 –
La mujer nunca quiere coger
Hay que convencerla
Hay que enamorarla
Hay que comprarle el consentimiento
Porque el hombre siempre quiere y la mujer nunca
Si lo hace es porque accede
Es de onda
O porque la chamuyaron bien
Y algo de ganas le dieron
O porque está esperando amor
O se lo prometieron
Y entiende que así se consigue
Pero coger, coger,
Eso no quiere
Por ahí las tortas sí
O por ahí no cogen nunca
O una es medio macho
Y esa es la que convence a la otra
Porque si es mujer
Es seguro que coger
No le interesa
No es un fin en sí mismo
A lo sumo una herramienta
Para conseguir algo del hombre
Que por coger, lo que sea
No les hace un toque de ruido
Estar cogiendo siempre
Con alguien que no quiere?
2-
Voy a decirlo
me gustan las chicas
dicho así parece otra cosa
pero es ni más ni menos lo que quiero decir
me gusta que se pinten los pelos de arco iris
y se rapen
y se claven un alfiler en la nariz
y que todo eso les quede tan lindo
me gustan sus zapatillas maltratadas
sus buzos de Totoro
sus mochilas con pines de Evita
y de Harry Potter
me admira que gusten del animé
que toquen el violín
que escuchen músicas que no entiendo
hay una edad para entender cada cosa
adoro sus uñas con brillitos
lo extenso de su vocabulario
la soltura con la que pisan esta tierra
que hasta se diría, les pertenece
me gusta que vayan a la marcha con flores rojas
que le discutan a la profesora de Historia
que sean presidentas del centro de estudiantes
que jueguen al futbol
que elijan escuelas técnicas
que voten
las miro caminar de la mano de otras chicas
o de algún muchacho
o de nadie
con una libertad que mi juventud no tuvo
o no supo disfrutar
me gustan esas chicas
algunas son hijas de mis amigos
y todas son hijas de un tiempo
un tiempo que, como la juventud,
no duró para siempre
pero nos dejó la marca imborrable de la plenitud
una sonrisa en los labios
una melodía para recordar
y volver a cantar cuando llegue el día
me caen tan bien esas chicas
y eso quiere decir que aún no estoy tan vieja
no tanto como para decir la juventud está perdida y esas cosas
aunque sí lo suficiente para mirarlas desde esta distancia
desde esta ternura
y esta esperanza
esperanza, sí
porque son estas chicas
las mujeres de un futuro no muy lejano
y quizás sean ellas
quienes suturen las heridas de hoy
y fabriquen nuevamente alegrías
mundos
revoluciones.