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Para las que se juntan
En 14, Dic 2018 | Sin comentarios | En Poesías | Por Noe
Para las que se juntan.
Las que dedican un rato de sus vidas a las otras.
Para las que van. Para las que marchan, las que se organizan, las que están ahí cuando se arma la ronda.
Las que están ahí cuando a una de nosotras le surge compartir alguna cosa tremenda, que le ha pasado -o le pasa- en este contexto hostil en el que transcurrimos.
Para las que se hacen eco. Y transforman una voz cortada en un grito multitudinario. Haciendo que lo que puede un cuerpo se vuelva infinito.
Para las que hacen con lo que tienen, lo que pueden. Lo mejor que pueden, lo más que pueden. No faltará quien diga cómo no hicieron esto o lo otro. Cómo no luchan así o se defienden asá.
Más todavía, las que hacen juntas. Habiéndose mirado previamente. Habiéndose abrazado. Las que pensaron juntas y se aunaron. Todas ellas. La potencia de llevar el cuerpo donde las demás. Superar la inacción y el hashtag. Formar parte de la ronda.
Una fuerza terrible que hará cambiar la historia está viniendo de ustedes, del fuego interno de sus entrañas latiendo. Del fuego que están recuperando en sus cuerpas.
Sexuales, completas, íntegras en su poder, a pesar del dolor, vivencian que son sólo suyas, dueñas de su placer, responsables de velar por su propio cuidado.
Y al levantar la mirada renuevan la realidad con su visión curva, que abraza en vez de ver desde arriba. Destruyen en ese acto las jerarquías de la violencia.
Ellas están despertando a las tribus que son la esperanza de la Vida.
Noelia Sánchez: nacida en el norte santafesino, estudió trabajo social en Córdoba donde además se encontró con seres que la animaron a creer que es posible crear realidades más amorosas. Gestadora de Flor de Luna, co-labora con muchas mujeres cotidianamente. Vive actualmente en Tostado, Cordoba y Agua de Oro. Gusta de crear, confía plenamente en el poder de las mujeres.
Federica Jachymiak: Cordobesa, artista visual, dibujante, ilustradora, escultora, autodidacta en animación. Realiza trabajos individuales y grupales en diversos formatos y lenguajes artísticos. Feminista, disfruta de habitar en ferias, impulsada por el amor a la autogestión, la bici y el entrecruce entre las artes.
Contacto: fede.jachymiak@gmail.com
Instagram: fedenbici
¿Qué es la ginecomastia?
En 28, Nov 2018 | 6 Comentarios | En Desarrollo Sexual Diferente | Por Noe
¿Qué es la ginecomastia?, ¿por qué se intervienen con cirugías?, ¿es una enfermedad?, ¿las personas hermafroditas existen o son productos de los cuentos? …
Mi nombre es María José, nací el 25 de noviembre del 95, desde muy niña estas preguntas me han llenado la cabeza desde que supe leer y en la escuela nos las mencionaron muy levemente, desde entonces no paré de leer, buscar, investigar.
Mi mamá es peruana y mi papá de aquí, la mitad de mi vida la viví allá en Perú, donde vi desde muy niña a los varones sin remera cuando hace calor (como en todo el mundo) y a sus pechos súper desarrollados, ginecomastia le empezaron a decir, y digo empezaron porque la incógnita es ¿Cuándo la empezaron a llamar así? ¿Existió siempre la ginecomastia en la antigüedad? ¿Es cancerígena? ¿Puede alguien vivir con ella el resto de su vida? ¿Qué la ocasiona y que hace que no suceda? ¿Por qué no se da en todos los niños? – La respuesta – las hormonas – la cultura colonial impuesta sobre América – no, no es cancerígena.
Empecé mi transición hormonal consciente a los 18, después de haber pasado por muchos procesos de empoderamiento sobre mi alimentación y de visitar a muchos médicos alopáticos, naturistas, ayurvedas , chinos, explicándoles que no quería tomar pastillas para hacer mi transición . ¡Ah! Dato importante: nací como una niña con pene, como la Diana Sacayán, como la Laura Moyano, como La Azul Montoro, que fueron otras niñas que nacieron como yo.
Los médicos muy poca información tenían sobre lo que les hablaba, pero con los datos sobre menopausia y andropausia me bastó para elegir qué comer y qué no comer, porque la comida al entrar por la boca y disolverse en el organismo se integra a la sangre, toda la información de lo ingerido y la sangre es el medio de las hormonas.
Entonces empecé a tener una alimentación y un proceso de investigación estricto sobre el cuerpo, las hormonas y el género.
La quinua, la mandioca, el maíz, la kiwicha, la kañiwa, el aguaje, la soya son plantas con altos niveles de estrógenos. No es casual que durante el proceso de invasión colonial sus cultivos hayan sido prohibidos, sobre todo la quinua. Y la hierba buena, la salvia, y otras más usadas para inhibir la testosterona ( de estas plantas fueron hechos los derivados de los medicamentos actuales para las terapias de reemplazo hormonal , que en un principio de la medicina alopática fueron usadas para que las mujeres con barba dejen de existir en Europa y así tratar de extinguir al hermafroditismo )
Tuve la suerte de visitar muchos museos en Perú , y tuve acceso virtual al museo travesti del Perú, en donde los manuscritos de los colonizadores, enviados a España , señalaban que aquí no había “hombres” , lo podemos tomar de muchas maneras, por un lado el que no existía el genoma que ellos traían (barba , pechos planos , cabezas calvas y vello en cantidad distribuido por todo el cuerpo), por otro lado que en las lenguas originarias no existe la distinción de género – masculino y femenino – mas sí existe la palabra “warmi” y “runa” en el quechua actualizado, teniendo en cuenta que esta lengua pasó por muchos procesos de adaptación, significan ¿“hombre y mujer”? o ¿masculino o femenino?, ¿o útero portante y testículo portante? Como especificaciones genitales más que actitudinales… son teorías por ahora, ya que la cultura inca ha sido sobre explotada en comercio y ante la necesidad de vender una cultura aceptable se han tapado muchísimas cosas (Véase museo travesti del Perú y libros del Inca Garcilaso de la Vega, que fue el primer inca que aprendió a escribir castellano, de este último téngase en cuenta que él o ella, estaba preso/a en España, escribiendo para la monarquía sobre su cultura , en un lenguaje nuevo que estaba asimilando, usado quizás como una estrategia para que nos dejen de matar)
Y aquí nuevamente el dato de ginecomastia como enfermedad, nos encontramos con que la alimentación andina es rica en estrógenos, entonces ¿siempre existió? ¿En el imperio incaico o antes? ¿Tendremos alguna fuente de donde sacar esta información? ¿y siempre fue visto como una enfermedad? Por supuesto el índice de ginecomastia en el ande es visiblemente más alto que el de Argentina donde nos alimentamos con platos europeos, justamente el trigo, la cebada, animales muertos (sobre todo la vaca) productos lácteos, el centeno, el girasol, la avena son plantas exóticas que contienen un nivel alto de testosterona, eso es lo que hace que los cuerpos de los varones sean muy distintos, que estén calvos, con espaldas y pechos llenos de vellos al igual que sus barrigas, que tengan una barba muy tupida que se une con su cuello, ese era el destino para mi cuerpo si seguía esa línea de alimentos, que son justamente los del alcance popular… criollos, facturas, alfajores, ñoquis, fideos, etc.
Hace poco me invitaron a participar de un proyecto de investigación antropológico, esperamos se apruebe pronto por la Nación, es sobre padres lactantes, una recopilación histórica de padres (hombres CIS genero) que han dado de amamantar y aquí el dato que esperábamos: ¿Cuándo empezamos a dividir las actividades de la crianza tan estrictamente, si todos los cuerpos nacemos con tetas? ¿Cuál es la necesidad de esta cultura impuesta, por enseñarnos que solo las personas con útero pueden desarrollar sus glándulas mamarias?
Y el hombre al trabajo y la mujer a la casa, el hombre puede desapegarse de la lactancia, del parto, de elegir si tenerlo o no tenerlo, abortar o no abortar… ¡cuántas cosas!
He visto a muchas de mis compañeras trans secretar leche por sus mamas, y llorar de la alegría y explosión sensible…entonces ¿seguimos viéndolo como una enfermedad?
María José Brizuela, llamada “La Fe” por algunes, es nacida en córdoba en 1995 de madre peruana y padre gitano-argentino, criada en Lima Perú, vivida en la cordillera post apocalíptica, estudió violín en los semáforos, recibida en la universidad de la supervivencia, participa del teatro como música en escena , toca sus composiciones musicales en bares y centros culturales donde sus creaciones son tocadas desde esa niña que es , que fue, y empaña de realidad trava cada nota, ilustradora, yuyera, buscadora sin fin.
Aliadx
En 22, Nov 2018 | Sin comentarios | En Poesías | Por Noe
tengo un cuerpo
su poder
es asentarse en tierra
dejarse atravesar por el tiempo
decir cosas con su forma
con su goce
con su límite
pero cómo es mi cuerpo
apenas lo conozco
apenas lo comparto
apenas muestro y observo algo de sí
se me escapan sus vísceras su aura
hasta dónde es mi cuerpo
hasta cuándo
cómo podría ser distinto y para qué
cómo lo nombro
cómo lo trato
cómo lo uso
tengo un cuerpo
un universo
una raíz
un canal
su magia es sentir
comunicarse
hacer en mundo
puedo oírlo o callarlo
censurar o alabar
tengo un
cuerpo
puedo
hacer de él una fiesta que convida
escuchar su voz interna
-antes que la moda que la norma que el mandato-
confiar en él
en lo que pide
en lo que expresa
en lo que ama
su poder excede lo que conozco
las maneras que aprendí
podría agradecer
podría conmoverme de mi cuerpo
existir en asombro
C.
Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito. Escribe sobre todo poesía. También juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y tejido para adultos, y de lectura y escritura lúdica para niños. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permitetambién se divierte con eso.
En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.
Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzo a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es.
Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes y esta Córdoba que nos une, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..
Inst: sayiyisa
Facebook: Sayi Ilustraciones y otras hierbas
Mujeres, americanas, sobrevivientes
En 08, Nov 2018 | Sin comentarios | En ¡Hasta la victoria, always! | Por Noe
Los plazos de esta guerra no son como los de una vida humana. Por eso, vean que la memoria se mantenga encendida y custodiada.
(Liliana Bodoc, “Los días del venado”)
Me parece que esto ya lo dije antes, pero como dice mi psicóloga, lo que no se elabora se repite, así que va de nuevo: soy hija de setentistas. Eso significa que muchos de mis amigos y amigas son huérfanos, que otros siendo muy chiquitos tuvieron que ir a celebrar el día de la madre a alguna cárcel y que otros, como yo, tuvimos que conocer otros países y usar pasaporte antes de haber dejado los pañales.
La cosa es que crecí en un país europeo. En España, para ser más exacta. Y en la escuela primaria me enseñaron que Colón descubrió America. Que la reina Isabel confió en este navegante genovés y le dio tres carabelas, la Pinta, la Niña y la Santa María. Y que Américo Vespucio gritó “¡Tierra!, ¡tierra!” Y en su honor le pusieron América a un continente.
Siempre me hizo un poco de ruido esa historia de Colón descubriendo las Indias y ocupando pacíficamente un territorio para fundar un crisol de razas. Aunque lo que me daba verdadero terror era pensar que hay padres capaces de ponerle “Américo” a su hijo. Se ve que en el secundario cambió el plan de estudios o la bibliografía o qué sé yo, y a ahí ya la historia no era tan divertida. Parece que mataron bocha de indios estos conquistadores y que tan buenitos no eran. Recuerdo a una profe de historia de segundo año enumerando los pueblos masacrados y mirándome de reojo con incomodidad. O tal vez con culpa.
Lo loco es que cuando en julio de ese año mi mamá y yo volvimos a Argentina y me tocó terminar la escuela en este país, un país americano, un país colonizado, un país víctima de varios genocidios; en la clase de Historia me seguían contando que Colón y las tres carabelas y el encuentro de culturas y el crisol de razas. Cada vez entendía menos. Después me salieron con eso de la Conquista del desierto y dije: acá está la papa, con esto mataron a los indios que quedaban y los que quedan acá son todos europeos.
Y en eso resulta que nos vamos a vivir a una avenida que adivinen cómo se llamaba: Colón. Todo encajaba con mi teoría. Si quedaran habitantes originarios en esta ciudad, a nadie se le hubiera ocurrido llamar Colón a una avenida. Cerca de casa estaba el Instituto de Culturas Aborígenes “¿Qué se estudia acá?”, pregunté. “Varias cosas, lengua quechua, mapuche, guaraní…”. Casi me explota la cabeza. Salí a la Colón gritando: “¡Pues coño!, ¿quién enseña quechua si están todos muertos?” Y justo pasa una señora de barrio La toma y me dice:
“No mija, no estamos todos muertos. Yo soy comechingona”
“¿¿¿¡¡¡¡Viva!!!!???”
Ahí me avivé que quizás no éramos todos tan europeos en mi familia y me puse a interrogar a los abuelos que me quedaban vivos en busca de algún antepasado comechingón y resulta que los que vinieron e de Europa se acuerdan hasta del nombre del barco en que vinieron, del dialecto de Sicilia y de la mar en coche. Sin embargo la ascendencia de mi abuelo criollo se pierde en la nebulosa y aunque sospecho que por ese lado debo tener algún gen americano, no hay ninguna certeza.
Perdida estaba yo en esto de encontrar una identidad americana y en eso se me ocurre viajar a Bolivia. Andaba a mil con los preparativos del viaje y me encuentro con la Ire, una mujer hermosamente sorora que me dice: “¿Leíste a Rodolfo Kush?” “No, le digo, ¿qué es eso?” “No podés viajar a Bolivia sin esto” Y me mete en el bolso un ejemplar de “América profunda” impreso en papel finito, como de biblia. “Es mi biblia”, me dijo, y desapareció como quien sabe que acaba de protagonizar un hecho importante. Así son las acuarianas.
No sé si entendí todo, no soy buena para la filosofía, pero sé que ese viaje no hubiera sido lo mismo sin esa lectura y viceversa. Asomarme a la filosofía americana me permitió correrme de la perspectiva del turista blanco que se queja porque el bondi que va a Coroico se queda varado una hora al borde de un precipicio. Me ayudó a encontrar en esa vulgar anécdota de vacaciones algunas enseñanzas que intento no olvidar: que estamos indefensos ante la naturaleza, que no podemos controlar todo, que a veces la actitud más sabia es dejarse estar y que el tiempo decida. También me permitió comprender a esa chola que me miraba con desprecio porque me veía tan blanquita, y al guía de Tiahuanaco que por nada del mundo se iba dejar sacar una foto y que te hablaba con orgullo de su lengua aymará, que ahora es obligatoria en las escuelas, pero que sus padres tuvieron que hablar a escondidas para no ser castigados.
Se me sigue atando bastante la rama cuando pienso en la tierra y los pueblos originarios, a veces pienso que no tengo por qué hablar de nada de esto si no pertenezco a uno de esos pueblos, pero escuché a un profe del Instituto de Culturas Aborígenes decir que no hace falta ser comechingón o aymará para defender y apoyar las luchas por la tierra: sólo hay que ser consciente de que todas y todos venimos de la tierra y nos nutrimos de ella. O sea, menos buscar el ancestro comechingón y más empatía y pensamiento comunitario.
También pienso que como mujeres, como americanas y como ciudadanas de un país que atravesó la experiencia del terrorismo de Estado pertenecemos a una comunidad que ha sido y es triplemente violentada. Que somos sobrevivientes de tres genocidios. Que estamos en lucha por nuestra libertad y nuestros derechos y esa lucha nos hermana con las comunidades originarias en su reclamo por algo tan básico como la tierra que habitan hace siglos, con las Madres y Abuelas de Plaza de mayo, con Milagro Sala, con las vecinas y vecinos de Juárez Celman injustamente desalojados, con la familia de Santiago Maldonado, que no era mapuche pero era ser humano y pudo comprender esa hermandad. Que cada lucha nace de una lucha anterior y es la memoria la que nos permite darle sentido al tiempo que vivimos y a la tierra que pisamos.
¡Hasta la victoria, always!
Florencia Ordóñez nació en Córdoba el 8 de marzo de 1977. Es licenciada en cursillos de nivelación y posee un doctorado en abandono de carreras universitarias. Escribe, publica libros propios y ajenos desde el sello Malasaña Ediciones, hace stand up, coordina talleres de escritura; ha incursionado en la actuación y el teatro de títeres. También se ha desempeñado en varios trabajos decentes de los que fue oportunamente despedida. Políticamente se define como feminista silvestre y anarco-peronista.
Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzo a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es. Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes y esta Córdoba que nos une, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..
Inst: @sayiyisa
Facebook: Sayi Ilustraciones y otras hierbas
Gente de la Tierra
En 06, Nov 2018 | Sin comentarios | En Poesías | Por Noe
la tierra es de quien la trabaja
dicen unas
la tierra es de quien la habita
dicen otras
pero no
en realidad la tierra no es de nadie
nacemos jugamos maduramos morimos en la tierra
que nos da cobijo y alimento
y aguas que la surcan para beber regar hacer crecer
de la tierra se levantan los árboles
los brotes
sobre la tierra duerme el caballo y la cabra
pone sus huevos el ñandú
colorean aroman las florcitas silvestres
la tierra es un volcán de vida en erupción constante
un ramal de energía
una columna vertebral
una casa
y es también el aire que la envuelve
y las nubes que se forman al calor del agua
y las aves que la vuelan
y los astros que la alumbran
y las gentes que viven por su gracia
visión la de los pueblos que reconocen su origen
en lo que da la madre de sustento
en su fecundidad
mapuche significa gente de la tierra
no dueña de la tierra
no propietaria
sino gente de la tierra
perteneciente a la tierra
identidad indisoluble
unicidad
no hay alambrado para la consciencia
el viento atraviesa con semillas
las siembra allá
la verdad es como el viento que excede todo y no toma nada
solamente mueve
solamente muestra
tiene unas leyes infinitas
y es alegremente bella como una puesta de sol
como una brisa en noviembre
una manzana
la cordillera
la nervadura de una hoja
las rompientes de un mar
C.
Camila García Reyna
Nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito.
Escribe sobre todo poesía. También juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y tejido para adultos, y de lectura y escritura lúdica para niños. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permitetambién se divierte con eso.
En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.
Federica Jachymiak
Nació en la Ciudad de Córdoba, en el invierno de 1995. Cursó la Licenciatura de Escultura en la Universidad Nacional de Córdoba. Artista visual, dibujante, ilustradora, escultora, autodidacta en animación. Realiza trabajos individuales y grupales en diversos formatos y lenguajes artísticos. Feminista, disfruta de habitar en ferias, apuesta por la autogestión. Impulsada por el amor a la libertad, la bici, viajar, el mar y el entrecruce entre las artes.
Contacto: fede.jachymiak@gmail.com
Instagram: @fedenbici
¿A quién alimentamos cuando comemos?
En 19, Oct 2018 | Sin comentarios | En Invitadxs | Por Noe
Esta pregunta me fascina. Encarna grandes verdades en sus múltiples respuestas.
La cuestión alimentaria se encuentra atravesada por tantos factores (sociales, culturales, políticos, económicos, psicológicos, emocionales, ecológicos) que termina siendo un evento multidimensional: opera en todas las áreas de nuestra vida.
Nunca estamos afuera, siempre que exista un plato de comida nos involucramos en una red inconsciente y compleja que nos envuelve. Veamos:
Llevamos un siglo comiendo alimentos envasados. Esto es un problema no solo para la salud, la familia, la comunidad y la tierra, sino también para el concepto que tenemos de cómo los alimentos nos conectan con el mundo que nos rodea.
Nuestro creciente distanciamiento de cualquier compromiso directo con los procesos mediante los cuales la materia prima de la naturaleza se transforma en platos de comida, está alterando nuestros conceptos de lo que es la alimentación.
La idea de que los alimentos están conectados con la naturaleza, el trabajo humano o la imaginación, es difícil de concebir cuando nos llegan en un paquete, totalmente procesados, cosechados de góndolas de supermercados o entregados por deliverys al paso.
Al comprar nuestros alimentos en circuitos y redes “informales” como ferias agroecológicas, productores artesanales, campesinos, emprendedores, vecinos, familiares, amigos; estamos empoderando antiguas formas de producción alimentaria, conscientes y sustentables.
Los productores que utilizan materias primas naturales, locales y hasta agroecológicas son personas que respetan el agua, la tierra, el aire, los recursos naturales como fuente. Al apoyarlos, fomentamos el comercio justo, pagando directamente a productores por su trabajo manual y acortando distancias en las cadenas de intermediarios que incrementan el valor de los alimentos.
Como consumidores, cada vez que elegimos comprar un alimento estamos “votando” por un modelo de consumo y de producción agroalimentaria. Sí depende de nosotros lo que termina ocurriendo con el monte nativo, el cambio climático, los incendios, el agua.
Por otro lado, cuando abrimos espacio en nuestras vidas para conectar con lo que comemos, cuando nos dedicamos a elegir con conciencia nuestros alimentos, a cocinarlos, a saborearlos: sanamos.
En griego, cocinero y sacerdote se dicen de la misma forma: “mageiros”; y tiene las mismas raíces etimológicas que la “magia”. Al cocinar trabajamos con materias primas vivas, no con teclados o maquinas, sino con plantas, frutos, semillas, granos, algas, hongos, animales. Estamos trabajando con los elementos: el fuego, el agua, la tierra y el aire. Y los utilizamos para hacer alquimias.
Los alimentos naturales nos nutren a través de las fuerzas constitutivas de vida, a través de la información que las semillas absorbieron de la tierra, del agua, del cosmos y la tradujeron en una fruta, un vegetal, un cereal. Nuestras células reciben esa memoria ancestral, la abrazan y apropian para conformar nuestra fuerza vital y nutrir nuestro campo energético.
Lo que comemos se transforma en la calidad de nuestra sangre, células y tejidos; más también en nuestra “frecuencia vibracional”: nuestras palabras, pensamientos, emocionalidad. Comer alimentos reales, cargados de vida, nos brinda energía extra para estar despiertas, atentas, activas.
Si me alimento de productos artificiales, mi organismo gasta mas energía para procesarlos que la energía que me aportan. Son anti-alimentos porque consumen mi propia vida. Mantienen las “hornallas de mi energía” a fuego corona: y así voy, sobreviviendo.
Y qué pasaría si puedo cocinar mis proyectos y sueños en una fogata de gran combustión? Si cuento con energía extra para vivir inspirada y creativa, al servicio del mundo, de mi propia vida y de las demás. Comer alimentos reales tiene mucho que ver con vivir en libertad. Lo artificial nos desconecta, nos aleja de la naturaleza, de nuestra propia verdad.
Nos invito a encontrarnos entre nosotras, intercambiar saberes, recetas, ingredientes. Volver a las cocinas, al útero de casa, encender el horno y amasar un pan. Volver al trueque, hacer huerta, compostar residuos vivos, secar semillas y regalarlas o sembrar. Llenar los platos de vida, colores, aromas, sabores. Jugar. Decorar tu mesa. Inventar un florero. Coser un mantel y servilletas con ropa reciclada. Comprar una olla de barro. Inpirarte con lo que tengas en la heladera. Equivocarte. Crear.
Sana una, sanamos todas! Te honramos Gran Madre Pachamama, dadora de alimentos y vida.
Invitada especial: Sofia Alzuarena – Lic en Nutrición MP 3199 – Naturismo, depuraciones, plantas medicinales.
Ilustración:
Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzo a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es.
Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes y esta Córdoba que nos une, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..
Inst: sayiyisa
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Porciones
En 10, Oct 2018 | Sin comentarios | En Poesías | Por Noe
nutrir el yin de los chacras con tesito de lavanda
con prácticas de chi kung
con reposo en la tierra
la amistad con charlas de cocina
con pedaleadas de trasnoche
con matecito y canciones
alimentarse
elegir qué traer a la boca y cuándo
digerir
eliminar desechos
en sentido literal y metafórico
sentir en una la belleza
la salud del río
la flexibilidad del junco
la juntura de una rama y otra rama
el cantito alado del gorrión
el sexo libre y calmo
la manifestación del ser
comunidad
hermandad de vidas en la vida
hacer la dieta de tirarse al sol
de comer con gusto
de dejar partir
lo que ha pasado
C.
Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y
Arroyito.
Escribe sobre todo poesía. También juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de
puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y tejido para adultos, y de lectura
y escritura lúdica para niños. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la
comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permitetambién se divierte
con eso.
En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de
reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse
en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos,
confiadamente, un poco más alegres cada vez.
Ilustración: Alulina
Agostina Rassetto, nacida en 1992 en San Francisco, Córdoba. Siempre sumergida en el
mundo de la artesanía y trabajo manual, dibuja por placer, emprende con muñecos de tela y
encuadernación, profesora de Artes Visuales en formación.
Córdoba Capital
Un Cuento de Terror
En 25, Sep 2018 | Sin comentarios | En ¡Hasta la victoria, always! | Por Noe
¿Por qué los secuestradores prosperan?
¿Por qué sonríen los diputados?
Tienen flan.
Vos no tenés flan.
(Reescritura de Vicente Luy)
En estos días anduve pensando mucho en Hansel y Gretel, ¿Conocen el cuento? Si no lo conocen, les advierto que es un cuento de terror. Una pareja de campesinos hambrientos decide abandonar a sus hijos en el bosque porque no pueden alimentarlos. Los niños encuentran una casa maravillosa hecha de pan de jengibre, chocolate y caramelos. Imagínense la alegría: después de toda esa hambre y todo ese abandono encontrar semejante cosa. Pero, ¡ay!, en la casa maravillosa vive una malvada bruja que secuestra a los dos hermanitos y les da de comer toda clase de golosinas, pues planea engordarlos para carnearlos y comérselos como si fueran cabritos. Por suerte los hermanos Grimm confiaban mucho en el ingenio y valentía de los niños y sobre todo de las niñas y hete aquí que en una hábil
maniobra la genia de Gretel empuja a la malvada bruja adentro del horno, que ya estaba listo para asar a Hansel. El final no lo cuento y es posible que haya varias versiones, pero al menos la de los hermanos Grimm termina bien.
Y es que sin un final feliz no podríamos soportar esta historia, que es una historia de hambre, de desesperación, de niños solos y familias rotas por la injusticia. Es muy probable que los hermanos Grimm se hayan basado en una historia real, pues cosas como estas y peores les sucedieron a los campesinos europeos en los comienzos del capitalismo (sobre esto no voy a ahondar, pero Silvia Federici lo explica muy bien en su libro “Calibán y la bruja”)
Lo más terrorífico de Hansel y Gretel es pensar hasta dónde pueden llegar unos niños por hambre.
Y lo más triste es que sigue sucediendo y al malvado hechicero que engaña a todo el mundo con globitos amarillos para sembrar hambre y muerte a su antojo no lo encontraron por azar dos niños desesperados. Lo votaron más de la mitad de las argentinas y argentinos mayores de 16 años.
Hace unos días nomás, en Roque Sáenz Peña, provincia de Chaco, la policía asesinó a Ismael Rodríguez, un niño de 13 años que tenía hambre. Y esto, lamentablemente, no es ningún cuento.
Ya sé, para ser una columna de humor esto es bastante deprimente. Les debo los chistes para la próxima. Y recuerden: el mejor plan para una bruja malvada asesina de niños es el horno. No lo digo yo ni ninguna feminazi, anarquista, kuka o choriplanera. Lo dicen los hermanos Grimm.
Hasta la victoria, always!
Florencia Ordóñez nació en Córdoba el 8 de marzo de 1977. Es licenciada en cursillos de nivelación y posee un doctorado en abandono de carreras universitarias. Escribe, publica libros propios y ajenos desde el sello Malasaña Ediciones, hace stand up, coordina talleres de escritura; ha incursionado en la actuación y el teatro de títeres. También se ha desempeñado en varios trabajos decentes de los que fue oportunamente despedida. Políticamente se define como feminista silvestre y anarco-peronista.
Federica Jachymiak nació en la Ciudad de Córdoba, en el invierno de 1995. Cursó la Licenciatura de Escultura en la Universidad Nacional de Córdoba. Artista visual, dibujante, ilustradora, escultora, autodidacta en animación. Realiza trabajos individuales y grupales en diversos formatos y lenguajes artísticos. Feminista, disfruta de habitar en ferias, apuesta por la autogestión. Impulsada por el amor a la libertad, la bici, viajar, el mar y el entrecruce entre las artes.
Contacto: fede.jachymiak@gmail.com
Instagram: fd.jachymiak
Consideraciones sobre el trabajo
En 14, Sep 2018 | Sin comentarios | En Poesías | Por Noe
que el dinero no se saca de los árboles
y que el trabajo es esfuerzo y privilegio
aprendimos
y todas trabajamos para algo
para tener
para pagar
para partir
para guardar
para independizarnos
para estar seguras
y si no hay dinero para ser reconocidas
para destacarnos
para conseguir algo
para ayudar a alguien
para sentirnos en el mundo
mejor
peor
¿y si nos ocupáramos en sí?
¿sin expectativas?
¿sin limitaciones?
¿es posible hacer sin para qué?
¿y hacer con una y con las otras de la misma manera?
¿y deshacer por ejemplo esta idea de trabajo?
¿su costumbre del agobio?
¿su auto esclavitud?
¿podemos hacer lo que nos sale?
¿emplear el tiempo porque tenemos tiempo y nada más?
¿colaborarnos porque estamos en la vida y en la vida con otras?
¿porque tenemos un cuerpo?
¿porque elegimos oír en el amor?
que alcance y que sobre el alimento
la posibilidad de ir y de volver
la consciencia de la plenitud presente
a mitad del andar
en cualquier oficio
en cualquier lugar
en cualquier acción
el protagonismo de lo “secundario”
lo que no se ve
detrás de las mentiras que inventamos
debajo de los credos que impusimos
lo que late
respira
iguala
es
sin más
C.
Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito.
Escribe sobre todo poesía. También juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y tejido para adultos, y de lectura y escritura lúdica para niños. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permitetambién se divierte con eso.
En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.
ilustración:
Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzo a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es.
Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes y esta Córdoba que nos une, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..
Inst: sayiyisa
Facebook: Sayi Ilustraciones y otras hierbas
Organización Social del Cuidado
En 10, Sep 2018 | Sin comentarios | En Invitadxs | Por Noe
Un nuevo concepto para interiorizarnos y levantar entre todas es el de “Organización Social del Cuidado” (OSC). Por él estamos haciendo referencia a todas las actividades, relaciones y agentes que forman y hacen al cuidado. En otras palabras, a la manera en que las sociedades organizan el cuidado que permite la reproducción cotidiana de la vida de las personas.
Entendemos qué son los cuatro actores que forman el Diamante de Cuidados y cuyas interrelaciones hacen a la OSC. Estos son: las familias, el estado, el mercado y las organizaciones sociales.
Una de las reflexiones que la Economía Feminista trae a la mesa de discusión es la (in)justicia distributiva en materia de la OSC y como todo esto nos lleva a un vector que reproduce la desigualdad en desmedro de las sujetas feminizadas.
Para comprender y analizar el concepto de cuidado, utilizaremos la definición de Corina Rodriguez Enriquez (2015)¹: “La noción de cuidado refiere a las actividades indispensables para satisfacer las necesidades básicas de la existencia y reproducción de las personas, brindándoles los elementos físicos y simbólicos que les permiten vivir en sociedad. Incluye el autocuidado, el cuidado directo de otras personas, la provisión de las precondiciones en que se realiza el cuidado y la gestión del cuidado.”
Por lo tanto, el mercado, el Estado, las organizaciones sociales y las familias tienen responsabilidades y ocupan roles de gran importancia en materia de acciones de cuidado, para la vida digna. El problema radica en que en el tiempo presente, esa distribución no es equitativa y en épocas de crisis dicha mal distribución empeora. Entonces, el peso de dichas tareas – elementales para sostener la reproducción de la sociedad, y por lo tanto la producción del sistema – recae en las familias.
En el caso de la salud y todas sus componentes o servicios, reconocemos una responsabilidad distribuida entre los cuatro actores que mencionamos conforman al diamante de cuidado. Pero nos preguntamos cuánta responsabilidad realmente es asumida por cada uno de los agentes, y si cuando la asumen la llegan a ejecutar de la manera más en línea con la idea de la sostenibilidad de la vida en el centro. El negocio de la salud, la violencia obstétrica y las dificultades impuestas hacia las personas que demandan partos respetados, ponen en evidencia el mal funcionamiento de los sistemas de cuidado, el sometimiento a malos tratos que generación tras generación de mujeres terminan recibiendo, las búsquedas de contención en prácticas alter nativas, soluciones al alcance de unas pocas; y por lo tanto, la necesidad de exigir una revolución en materia de equidad de género y de clase.
¹ Corina Rodríguez Enriquez y Gabriela Marzonetto (2015) “Organización social del cuidado y desigualdad: el déficit de políticas públicas de cuidado en Argentina”. Revista Perspectivas de Políticas Públicas Año 4 Nº
Rochi Alonso, feminista devenida economista/para la economia de los pueblos. Origen el sur de cordoba, destino la revolución. Narradora en (de) construcción.
ilustración:
Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzo a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es.
Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes y esta Córdoba que nos une, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..
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