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La escritura y el dibujo fueron los primeros territorios expresivos que exploré, les tengo ese amor que solemos guardarle a las primeras experiencias felices de la vida. La escritura es ése lugar dónde aprendo a jugar, fluir, alivianar el cuerpo, conectar con lo lúdico y creativo. Al mismo tiempo, poner en palabras me ordena; verlas y sentir que las puedo tocar, sentir el trazo del papel, calcular la presión, volver a leer los escritos viejos, darle cuerpo y materia a las ideas, palparlas y otorgarles un destino. Escribir es una forma de hacer puente con mi propia palabra y descubrir la influencia del cuerpo cíclico en ese proceso es revelador. En este escrito, quiero compartirles unas pequeñas reflexiones en torno a esa experiencia, vinculando proceso creativo y ciclicidad.

El proceso creativo al igual que la ciclicidad es circular, fluctuante, diverso y complejo; cada recorrido implica escribir una nueva historia, germinar una nueva posibilidad. La ovulación y pre ovulación suelen ser los momentos del ciclo más ligados a la creatividad, multiplicidad, inspiración, movimiento, energía hacia el afuera y el mundo. Por su parte, lo menstrual y premenstrual suele invocar una necesidad de pausa y deseo de estar en silencio, y a veces a partir de allí se gestan decisiones ligadas a elegir continuar o no con una idea o proyecto, qué germinar y anclar a tierra y que dejar para después.

Ciclicidad y proceso creativo implica desde mi perspectiva, emancipación, resistencia, potencia y configuran una contracara a los mandatos. Es siempre una nueva posibilidad, un espacio donde apostar a lo singular y transformarlo (tal vez) en una forma de resistir.

Catalina Ramirez

Psicóloga feminista, emprendedora creativa. Disfruta de conectar con la naturaleza, el cuerpo y sus ciclos. Leer, escribir, hacer bocetos y estar en contacto con lo artesanal y autogestivo. Tiene un emprendimiento de salud menstrual integral llamado @cuerpa.salud.

Paola Lucero Antonietti – También Cósmica / pla (o viceversa) –

Flor de la red flordelunar, arquitecta, ilustradora, docente, cósmica. Nacida el 2 de setiembre de 1979 en Córdoba Capital.Realiza diseños cósmicos en distintos soportes y formatos:  ilustraciones, mosaico fanzines. Arquitecta que pone su mirada en la ciudad y el habitar de la ciudad, haciendo foco en el diseño participativo y colectivo Es docente del secundario en donde aprende mucho de los chicos y las chicas. / Desarrolla talleres con niños y grandes en donde la creatividad es el motor de las producciones. Y juega.

Contacto: lapaocosmika@gmail.com / Facebook: Cósmica / PLA / Instagram: Cosmica.pla

Infinito
cambio de era
cambio de piel

       

Federica Jachymiak Nacida en Córdoba Capital. Estudió Artes visuales en la UNC. Gusta de crear individual y grupalmente, jugando a entrelazar las artes. Guardiana de semillas libres, amor por las plantas, las diversidades y la bici.

Instagram: @fedenbici

les que miran en el cielo dicen 

que convergen nuevas redes 

tejidas en nosotres

con nosotres

pelitos de Gaia

manos para ser abiertas 

mente de entender lo amplio

lo sutil

razón de la luz

cueritos al sol

entramados cósmicos

estructura de todo lo que vive

y en esas tramas el amor

es disruptivo

comunitario

ecológico

el amor

telepatía

innovación

mudanza

respeto

revolución

canal

no digo fuera del amor qué

lo que me importa abriga

en la tierra compañera hermana madre

aire para que la voz expanda en el deseo

complementariedad y goce

C.

Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito.

Escribe sobre todo poesía. Juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y lectura para niñes y grandes. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permite también se divierte con eso.

En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.

Paola Lucero Antonietti – También Cósmica / pla (o viceversa) –

Flor de la red flordelunar, arquitecta, ilustradora, docente, cósmica. Nacida el 2 de setiembre de 1979 en Córdoba Capital.Realiza diseños cósmicos en distintos soportes y formatos:  ilustraciones, mosaico fanzines. Arquitecta que pone su mirada en la ciudad y el habitar de la ciudad, haciendo foco en el diseño participativo y colectivo Es docente del secundario en donde aprende mucho de los chicos y las chicas. / Desarrolla talleres con niños y grandes en donde la creatividad es el motor de las producciones. Y juega.

Contacto: lapaocosmika@gmail.com / Facebook: Cósmica / PLA / Instagram: Cosmica.pla

Hace tiempo encontré tu retrato en una caja

junto a otras fotos, dentro de un armario en la casa de mis abueles.

En el dorso, el sello del estudio de foto indica un lugar

Goya, Corrientes. 


Desconozco tu nombre y qué lugar ocupas en el árbol familiar

ya no están quienes podrían darme esa información,

pero una parte de mí te reconoce

como mi ancestra

y te imagina con los saberes de una bruja.


Bruja de manos verdes

que sabe los nombres y propiedades de las plantas

que la convoca el fuego y la guía la luna, en su vida y en su siembra 

que fuma en pipa mientras lava la ropa en el río.


Esa parte de mí también imagina que quizás

fuiste la madre de Emilia,

mi tátara tátara abuela

mujer originaria que habitaba Ojo de Agua, Santiago del Estero.


Las convoco 

a todas las brujas que me anteceden

cuando me trenzo el cabello

cuando mis manos tocan la tierra

cada vez que siembro, transplanto, cosecho

cuando observo una planta de la que aún no se el nombre

cuando inicio un fuego que mantiene vivo al ritual del aquelarre

las hago presente a ellas y a sus saberes

me acompañan las brujas de manos verdes.


Federica Jachymiak Nacida en Córdoba Capital. Estudió Artes visuales en la UNC. Gusta de crear, jugando a entrelazar las artes. Guardiana de semillas libres, amor por las plantas, las diversidades y la bici.

Contacto: Instagram: @fedenbici

Paola Lucero Antonietti – También Cósmica / pla (o viceversa) –

Flor de la red flordelunar, arquitecta, ilustradora, docente, cósmica. Nacida el 2 de setiembre de 1979 en Córdoba Capital.Realiza diseños cósmicos en distintos soportes y formatos:  ilustraciones, mosaico fanzines. Arquitecta que pone su mirada en la ciudad y el habitar de la ciudad, haciendo foco en el diseño participativo y colectivo Es docente del secundario en donde aprende mucho de los chicos y las chicas. / Desarrolla talleres con niños y grandes en donde la creatividad es el motor de las producciones. Y juega.

Contacto: lapaocosmika@gmail.com / Facebook: Cósmica / PLA / Instagram: Cosmica.pla

 “Día a día se iba volviendo más seria y taciturna. Se extrañaban sus carcajadas y sus ocurrencias. Pasaba largas horas invocando espíritus a la luz de la luna, sacrificando alimañas para extraer la esencia vital de sus vísceras o fumando unas hierbas secretas que le enrarecían el ánimo porque, según decía, a través de ellas se conectaba con las fuerzas oscuras.” 

(Diario de un hada)

           El tema de las brujas me fascina. Tanto que no podía decidir qué escribir, desde dónde encararlo ni qué texto usar como introducción. En estos días una amiga que es psicóloga y bruja, pero sobre todo bruja; me prestó “Cometierra” una novela de Dolores Reyes que cuenta la historia de una joven del Gran Buenos Aires que come tierra y a través de la tierra tiene visiones que le indican el paradero de personas desaparecidas, la mayoría de las veces mujeres jóvenes, víctimas de femicidios. También estuve releyendo “Calibán y la bruja”, de Silvia Federici, que nos habla de un verdadero genocidio de mujeres perpetrado por el poder en la Europa del siglo XVI y trasladado a la América colonial. Mujeres que eran médicas, estudiosas, tarotistas, astrólogas, practicaban abortos, sabían sobre plantas o curaban el empacho. Al final decidí citar un texto mío y hacerme cargo de mi propia transmutación. Porque desde hace un tiempo siento que me estoy convirtiendo en bruja. Y no es porque cada vez me interese más la astrología o porque sea muy buena tirando el tarot que digo que me estoy convirtiendo en bruja. Es un poco por eso, pero es más que eso. Lo digo porque, al igual que las jóvenes protagonistas de “Diario de un hada”, el primer libro que escribí; o que Cometierra, esa bruja bonaerense que toma birra y escucha cumbia y de quien solo conocemos el apodo; o que cualquiera de las brujas condenadas a la hoguera por la Inquisición; he conocido el costo que hay que pagar por ser una mujer que le entra a fondo al conocimiento de lo desconocido, que se corre de ese lugar llamado “normalidad”, que renuncia a ser la mejor del grado, la niña obediente, la trabajadora ejemplar, la buena madre; para ser sencillamente ella misma. Una mujer libre. 

Dicho así suena muy bonito. Pero hemos de saber que el mundo nos va a castigar por ser tan osadas. Vamos a perder trabajos, espacios de militancia, amistades, parejas, cargos políticos, aplausos, premios, prestigio, dinero  y todas esas cosas con las que este mundo patriarcal premia a las mujeres hacendosas, disciplinadas y sonrientes. Como brujas en plena transmutación que somos, no nos preocuparemos demasiado por estas cuestiones. Ya hemos aprendido que la normalidad apesta y que el éxito individual es una farsa si no se pone al servicio de algo superior. Así que disfrutaremos bastante esta nueva soledad y seguramente nos dedicaremos al estudio, el auto conocimiento, la meditación…en fin, la brujería. 

Bienvenida sea esta soledad. Porque solo a partir de ella afinaremos la intuición, el olfato y la mirada para encontrarnos con otras brujas como nosotras. Porque este mundo de princesas complacientes, correctas y bien vestiditas, se está desmoronando a un ritmo tan acelerado que ni cuenta se están dando aquellos que lo sostienen; tan ocupados como están en defender sus privilegios. Porque cada vez somos más las que nos ubicamos del otro lado y no queremos corrección sino justicia; no privilegios sino derechos, no éxito individual sino felicidad colectiva.

Y cuando nos encontremos todas las que somos, ¡menudo aquelarre!

¡Hasta la victoria, always!

Florencia Ordóñez nació en Córdoba el 8 de marzo de 1977. Es licenciada en cursillos de nivelación y posee un doctorado en abandono de carreras universitarias. Escribe, publica libros propios y ajenos desde el sello Malasaña Ediciones, hace monólogos de humor, coordina talleres de escritura; ha incursionado en la actuación y el teatro de títeres. También se ha desempeñado en varios trabajos decentes de los que fue oportunamente despedida. Políticamente se define como feminista silvestre y anarco-peronista.

Pilar Emitxin ilustradora y productora gráfica de Córdoba (Argentina). Realizo gráficas feministas y de lucha, además de tareas de diseño y comunicación para los espacios colectivos que conforman nuestro movimiento. Cada imagen trae adentro horas de trabajo, de reflexión, de dolores, de caminos transitados por esta cuerpa que trabaja y lucha en el seno de un mundo en convulsiones. Elijo hacer mi trabajo tejiendo alianzas y redes de cuidados colectivos que pongan en jaque la fragilidad que el capitalismo y el patriarcado nos propone como forma de supervivencia, pero también que muestre otras formas de habitar y re-existir en este mundo. 

para las brujas horrorosas de los cuentos tradicionales

una ráfaga de amor y de justeza

una purga con tabaco en nombre suyo

los tiempos hilaron la metamorfosis

y puedo verlas andar

seguidas por los bichos

juntando yuyos de la pacha

clasificando medicinas

curando empachos y dolencias

hablando con los elementos naturales

con los espíritus de la tierra

y con los dioses

recibiendo información en sueños

rezando con la fuerza interna

leyendo en los astros y en las borras del café

en las manos y hasta en las hebras de pelo

atendiendo a la leyes metafísicas para conjurar la suerte

gozosas brujas

hermosas brujas

orgásmicas

luneras

comunitarias

silvestres

salú

al aquelarre abismal y su arcoíris

a las guardianas del poder no sistemático

no patriarcal

no científico

a las estrellas guías en la noche

a sus sahumos y a sus fuegos

sangre que sigue pulsando el corazón planetario

despierta

C.


Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito.

Escribe sobre todo poesía. Juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y lectura para niñes y grandes. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permite también se divierte con eso.

En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.

Gilda Ibeas Madirolas es nuestra ilustradora invitada de allende los mares. Nació y vive en Madrid donde dibuja, baila, enseña y quién sabe cuántas cosas más, pues sol en Géminis. Pueden ver sus dibujos en instagram en @gim_ilustracion

Cada uno de los 4 elementos tiene sus diferentes estados,

a veces de calma y quietud,

otras de sanación y crecimiento,

a veces de activar y mover todas las estanterías,

otras de furia y destrucción.

No voy a enojarme con el fuego.

Voy a enojarme con los verdaderos culpables de este ecocidio.

Con el estado ausente, con la codicia ciega, con la perversa manipulación.

Y voy a dejar que el fuego vuelva a ese lugar de ritual sagrado,

de reunión a su alrededor,

de calor y alimento,

de pasión que nos motiva,

de juntada de brujes,

de mujeres bailando desnudas en la noche,

de faro que alumbra en lo oscuro.

Voy a dejar que el fuego me caliente el pecho,

y mantenga tibias las semillas del monte y de la vida.

Y voy a resguardar las semillas

y nunca dejar de plantar.

Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzó a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es.
Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes, esta Córdoba que nos une, y sus sierras, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..

Instagram: @sayiyisa
Facebook: Sayi Ilustraciones y otras hierbas

Para celebrar el ciclo de la abundancia

que se inicia con la temporada primavera/verano,

construimos un ritual

social y comunitario

ancestral.

Es un ritual donde todxs damos y recibimos,

intercambiamos saberes populares,

experiencias y semillas.

Semillas criollas, nativas y libres

que guardan en su interior el origen de la vida

pasado y futuro

historia y cultura

diversidad y soberanía

territorio.

Federica Jachymiak Nacida en Córdoba Capital. Artista visual. Realiza trabajos individuales y grupales en diversos formatos y lenguajes artísticos. Feminista impulsada por el amor a la autogestión, la bici y el entrecruce entre las artes. Contacto: fede.jachymiak@gmail.com Instagram: @fedenbici

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02

Jun
2017

Sin comentarios

En Sin categoría

Por Elisa Lange

Violencia en el noviazgo

En 02, Jun 2017 | Sin comentarios | En Sin categoría | Por Elisa Lange

¿Cómo detectamos signos de violencia en el noviazgo?

Informarnos es muy importante para prevenir la violencia.

Cuando se forma una nueva pareja, se entrelazan dos historias diferentes. Cada uno trae consigo su manera de ver la vida, sus proyectos y la educación recibida, repleta de creencias acerca de lo que es el amor, la pareja, la familia…
Estas ideas provenientes de la Cultura se van adquiriendo en el contacto directo con familiares y amigos, al formar parte de distintas instituciones como la Escuela, Iglesia, Club; a través de los medios de comunicación, etcétera.

 

Los Novios, quienes se proponen un proyecto común de vida, generalmente no se detienen a pensar y a intercambiar cuáles son sus creencias. Comienza la relación y se van activando mecanismos donde “se sobreentiende” que el hombre debe hacer algunas cosas y la mujer algunas otras.

Al no tener la posibilidad de reflexionar acerca de estas creencias, generalmente se copia el modelo familiar de origen, se construye uno totalmente opuesto o la relación se convierte en una especie de “collage” entre lo que él y ella creen adecuado para ambos.

Pero, ¿existen acuerdos? Muchas veces una parte cede en función de la otra, para evitar discusiones, desgaste en la pareja, porque cree que eso es lo correcto, o por temor a ser agredido. Aquí comienza el PODER en la pareja, con la idea de que alguien debe mandar, y alguien obedecer.

De lo cotidiano surge que en el lugar del mando se ubica rápidamente el varón, mientras que en el de la obediencia, la mujer.

¿Qué sucede entonces?

Ese momento en el que pensábamos como de AMOR ABSOLUTO se convierte en un campo de batalla donde afloran, salen a la luz, las creencias de cada uno y sin mediar acuerdos, se ponen en acción.

El novio reproduce el modelo tradicional masculino (fuerte, imponente, dominante, protector…) y la novia acepta el rol pasivo femenino generándose entonces EPISODIOS VIOLENTOS dentro del Noviazgo. Abusos de poder del novio que se instalan en la pareja en forma cíclica y que producen serios daños de tipo físico, emocional, sexual y/o económicos de la novia.

Muchas veces las novias creen que, luego del matrimonio, esta situación cambiará. PERO NO ES ASÍ. Lo que irá sucediendo es un profundo deterioro en su persona que puede llegar a producirle graves daños. Si la Violencia está instalada en la relación de noviazgo, luego del matrimonio producirá VIOLENCIA CONYUGAL.

El ciclo de la violencia puede haber empezado durante el noviazgo donde él mostró conductas de control y autoritarismo que la mujer suele atribuir equivocadamente al excesivo amor. Piensa: “Va a cambiar con el casamiento, se va a tranquilizar”.

Estimamos de la mayor importancia aprender a detectar tales señales con fines preventivos.

PREVENCION DE LA VIOLENCIA DURANTE EL NOVIAZGO.

CARACTERISTICAS A OBSERVAR EN LOS VARONES:

  • El novio o acompañante de una muchacha controla todo lo que ella hace, exige explicaciones por todo y pretende conocer hasta su pensamiento más recóndito pues no quiere que tenga “secretos con él”.
  • Quiere saber con lujo de detalles adónde va, dónde estuvo, con quiénes se encontró o a quiénes va a ver, los horarios y el tiempo que permaneció en cada lugar, cuánto tiempo estará afuera y el horario de regreso, lo cual comprobará con sucesivos llamados telefónicos o“pasadas” por la casa de ella.
  • De manera permanente vigila, critica o pretende que ella cambie su manera de vestir, de peinarse, de maquillarse, de hablar o de comportarse.
  • Formula prohibiciones o amenazas respecto de los estudios, el trabajo, las costumbres, las actividades o las relaciones que desarrolla la joven.
  • Fiscaliza a los parientes, los amigos, los vecinos, los compañeros de estudio o trabajo, sospechando, desconfiando o criticándolos luego de querer conocerlos a todos para ver cómo son.
  • Hace escándalos en público o en privado por lo que ella u otros dijeron o hicieron.
  • Deja plantada a la novia en salidas o reuniones, sin explicar ni aclarar los motivos de su reacción.
  • No expresa ni habla acerca de lo que piensa, lo que siente o lo que desea, pero pretende que ella adivine todo lo que le sucede y actúe de manera satisfactoria, sin que él deba molestarse en comunicar nada.
  • A veces da órdenes y otras “mata” con el silencio, con las actitudes hurañas, con la hosquedad o el mutismo, que no abandona aunque obtenga lo que esperaba o le hagan el gusto.
  • Demuestra frustración y enojo por todo lo que no resulta como él quiere, sin distinguir lo importante de lo superfluo.
  • Culpa a la novia de todo lo que sucede y la convence de que es culpable, dando vuelta las cosas hasta confundirla o dejarla cansada e impotente.
  • No reconoce ninguna responsabilidad sobre la relación ni sobre lo que les sucede a ambos.
  • No pide disculpas para nada.
  • Compara a la muchacha con otras personas, dejándola incómoda y humillada. “Si te parecieras a fulana yo no tendría que…”; “Por lo menos mengana hace las cosas bien y no como vos que…”
  • Impone reglas sobre la relación (días, horarios, tipos de salidas, etcétera) de acuerdo con su exclusiva conveniencia.
  • Ejerce la doble moral “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”, reservándose el derecho de realizar cosas que le impide hacer a la novia.
  • Obliga a la muchacha a formar una alianza con él para aislarse o enfrentar a los demás. (Puede llegar a proponer pactos suicidas).
  • Ante cualquier pregunta o cuestionamiento de ella, declara que los parientes o amigos “le llenan la cabeza” contra él, que no lo quieren y que están “envenenando” el afecto entre ellos, que los otros “sienten celos” o envidia de su relación. Así desvía la cuestión y nunca responde por su conducta.
  • Amenaza a su novia con abandonarla si no hace todo lo que él desea.
  • Induce sentimientos de lástima, al justificarse o insistir con su vida desdichada o su infancia infeliz.
  • No acepta formular o discutir planes para el futuro. No se compromete ni busca acuerdos para mejorar la relación.
  • Recibe cariños, mimos y atenciones, pero nunca los retribuye.
  • Pretende que lo acepten tal cual es y acusa de “castradora” o posesiva a la novia si hace alguna observación sobre sus actitudes.
  • Nunca aprueba ni estimula de manera auténtica los actos o cualidades de la muchacha.
  • Es poco sociable, se aísla y es desconsiderado con la familia y los amigos de ella.
  • Es susceptible y está pendiente de lo que se diga o se comente sobre él. Se ofende rápido y cree que los demás andan atrás de lo que hace.
  • Pone a prueba, con subterfugios y engaños, el amor de su novia, le pone trampas para ver si lo engaña, para averiguar si miente, si lo quiere, etcétera.
  • Es caprichoso, cambiante y contradictorio, Dice que no se va a dejar dominar.
  • Se niega a conversar o a discutir con franqueza acerca de los conflictos o los desacuerdos de la pareja.
  • Mantiene en vilo a la novia en fiestas y reuniones, coqueteando con otras de manera abierta o solapada.
  • Es seductor y simpático con todos, pero a ella la trata con crueldad.
  • Decide por su cuenta, sin consultar ni pedir opinión a la novia, ni siquiera en cosas que le atañen a ella sola.
  • Promete cambios y mejoras de sus defectos o de sus adicciones. Nunca cumple, pero siempre renueva sus ofrecimientos de modificarse.
  • Piensa que las mujeres son inferiores y deben obedecer a los hombres. O no lo dice, pero actúa de acuerdo con este principio.
  • Para obligarla a mantener relaciones sexuales, pone en práctica toda clase de artimañas: la acusa de anticuada, pone en duda sus sentimientos o su amor por él, la acusa de frígida, la avergüenza haciéndola sentir como un bicho raro, como si fuera la única en el mundo que no se acuesta con el novio, le reprocha que a ella no le interesa que él “se caliente y no pueda desahogarse”, amenaza con que se va a buscar a otras para acostarse con ellas, pone en duda su salud o su espontaneidad, dice que tiene “miedo de convertirse en mujer”, le critica su atadura a los principios de los padres o de una religión o por sostener —según él— una moral “inservible”.
  • Se burla, habla groseramente o en términos agraviantes acerca de las mujeres en general. Es una amenaza velada, para que la novia no se parezca al resto de las mujeres y sea sólo como a él le gusta.
  • Es bueno y cumplidor en el trabajo, pero con la novia siempre llega tarde, no cumple lo prometido y se muestra irresponsable por sus olvidos o descuidos.
  • Transforma todo en bromas o utiliza el humor para cubrir sus actos de irresponsabilidad, restándole importancia a sus incumplimientos.
  • Utiliza algún dato del pasado de la novia, o lo que conoce de sus otras relaciones, para efectuarle reproches o acusaciones o para probar su desconfianza en ella y en su amor.
  • Exagera defectos de la chica haciéndola sentir culpable y descalificada.
  • Deja de hablar o desaparece por varios días, sin dar explicaciones, como manera de demostrar sus enojos.
  • Se muestra condescendiente y magnánimo, como si fuera un ser superior tratando con una nenita.
  • No le presta atención a ella y con prepotencia asegura saber más o tener más experiencia.
  • Se muestra protector y paternal. “Yo sé lo que es bueno para vos, quiero lo mejor para vos, hago lo mejor para vos”. (Acá hay que reemplazar el “para vos” por el “para mí” y se captarán las verdaderas intenciones.)
  • Se irrita y tiene estallidos de violencia. Luego actúa como si no hubiera pasado nada y deja a todos desorientados y confusos.
  • Se burla de los enojos de ella.
  • Acusa injustamente a su novia de coquetear, salir o verse con otros hombres. La cela y acusa de “acostarse con otros”.
  • Mezcla el afecto con las discusiones haciendo notar que, si ella no piensa como él, no podrá seguir queriéndola.
  • Siempre da más importancia a lo que le pasó a él que a lo que le sucedió a ella.
  • Utiliza nombres, diminutivos o términos que a ella no le agradan, porque siente que la disminuyen o ridiculizan.
  • Tiene antecedentes policiales o se ha visto envuelto en asuntos un poco turbios o nunca aclarados del todo.
  • Está convencido de que sus negocios, sus estudios o sus obligaciones son lo más importante del mundo y lo fundamental de su vida. Exige que la novia se adapte a eso.
  • Su forma de expresarse es grosera; constantemente utiliza palabras vulgares y habla en términos de acciones violentas: “los reventamos; a esos los vamos a matar; si viene le rompo la cara; a esa habría que darle una paliza; éste se está buscando una piña; los jodimos, los cogimos, les rompimos el culo, le voy a cagar la vida, etcétera. Es fundamental recordar que un alto índice de violencia verbal pronostica actos de violencia física a corto o mediano plazo.
  • Expresa prejuicios religiosos, raciales o sexuales y los fundamenta de manera colérica y encendida. Tiene rasgos de fanatismo.
  • Es desconsiderado y violento al mantener relaciones sexuales. Se enoja si ella en algún momento no lo desea.
  • Es impulsivo e intolerante. Impone su voluntad en el terreno sexual, sin tener en cuenta las necesidades femeninas.
  • Aunque sea una vez, le pegó una bofetada a la novia, le dio empujones, le retorció un brazo, le apretó el cuello o la tomó fuertemente de los cabellos.

Por Graciela Ferreira
Material consultado de: “Hombres Violentos – Mujeres Maltratadas” – Aportes a la Investigación y Tratamiento de un Problema Social. (Capítulo 4 “Novias Maltratadas”. Por Graciela Ferreira. Editorial Sudamericana.
Publicado en: www.aapvf.com.ar

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