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La escritura y el dibujo fueron los primeros territorios expresivos que exploré, les tengo ese amor que solemos guardarle a las primeras experiencias felices de la vida. La escritura es ése lugar dónde aprendo a jugar, fluir, alivianar el cuerpo, conectar con lo lúdico y creativo. Al mismo tiempo, poner en palabras me ordena; verlas y sentir que las puedo tocar, sentir el trazo del papel, calcular la presión, volver a leer los escritos viejos, darle cuerpo y materia a las ideas, palparlas y otorgarles un destino. Escribir es una forma de hacer puente con mi propia palabra y descubrir la influencia del cuerpo cíclico en ese proceso es revelador. En este escrito, quiero compartirles unas pequeñas reflexiones en torno a esa experiencia, vinculando proceso creativo y ciclicidad.

El proceso creativo al igual que la ciclicidad es circular, fluctuante, diverso y complejo; cada recorrido implica escribir una nueva historia, germinar una nueva posibilidad. La ovulación y pre ovulación suelen ser los momentos del ciclo más ligados a la creatividad, multiplicidad, inspiración, movimiento, energía hacia el afuera y el mundo. Por su parte, lo menstrual y premenstrual suele invocar una necesidad de pausa y deseo de estar en silencio, y a veces a partir de allí se gestan decisiones ligadas a elegir continuar o no con una idea o proyecto, qué germinar y anclar a tierra y que dejar para después.

Ciclicidad y proceso creativo implica desde mi perspectiva, emancipación, resistencia, potencia y configuran una contracara a los mandatos. Es siempre una nueva posibilidad, un espacio donde apostar a lo singular y transformarlo (tal vez) en una forma de resistir.

Catalina Ramirez

Psicóloga feminista, emprendedora creativa. Disfruta de conectar con la naturaleza, el cuerpo y sus ciclos. Leer, escribir, hacer bocetos y estar en contacto con lo artesanal y autogestivo. Tiene un emprendimiento de salud menstrual integral llamado @cuerpa.salud.

Paola Lucero Antonietti – También Cósmica / pla (o viceversa) –

Flor de la red flordelunar, arquitecta, ilustradora, docente, cósmica. Nacida el 2 de setiembre de 1979 en Córdoba Capital.Realiza diseños cósmicos en distintos soportes y formatos:  ilustraciones, mosaico fanzines. Arquitecta que pone su mirada en la ciudad y el habitar de la ciudad, haciendo foco en el diseño participativo y colectivo Es docente del secundario en donde aprende mucho de los chicos y las chicas. / Desarrolla talleres con niños y grandes en donde la creatividad es el motor de las producciones. Y juega.

Contacto: lapaocosmika@gmail.com / Facebook: Cósmica / PLA / Instagram: Cosmica.pla

Infinito
cambio de era
cambio de piel

       

Federica Jachymiak Nacida en Córdoba Capital. Estudió Artes visuales en la UNC. Gusta de crear individual y grupalmente, jugando a entrelazar las artes. Guardiana de semillas libres, amor por las plantas, las diversidades y la bici.

Instagram: @fedenbici

les que miran en el cielo dicen 

que convergen nuevas redes 

tejidas en nosotres

con nosotres

pelitos de Gaia

manos para ser abiertas 

mente de entender lo amplio

lo sutil

razón de la luz

cueritos al sol

entramados cósmicos

estructura de todo lo que vive

y en esas tramas el amor

es disruptivo

comunitario

ecológico

el amor

telepatía

innovación

mudanza

respeto

revolución

canal

no digo fuera del amor qué

lo que me importa abriga

en la tierra compañera hermana madre

aire para que la voz expanda en el deseo

complementariedad y goce

C.

Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito.

Escribe sobre todo poesía. Juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y lectura para niñes y grandes. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permite también se divierte con eso.

En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.

Paola Lucero Antonietti – También Cósmica / pla (o viceversa) –

Flor de la red flordelunar, arquitecta, ilustradora, docente, cósmica. Nacida el 2 de setiembre de 1979 en Córdoba Capital.Realiza diseños cósmicos en distintos soportes y formatos:  ilustraciones, mosaico fanzines. Arquitecta que pone su mirada en la ciudad y el habitar de la ciudad, haciendo foco en el diseño participativo y colectivo Es docente del secundario en donde aprende mucho de los chicos y las chicas. / Desarrolla talleres con niños y grandes en donde la creatividad es el motor de las producciones. Y juega.

Contacto: lapaocosmika@gmail.com / Facebook: Cósmica / PLA / Instagram: Cosmica.pla

Hace tiempo encontré tu retrato en una caja

junto a otras fotos, dentro de un armario en la casa de mis abueles.

En el dorso, el sello del estudio de foto indica un lugar

Goya, Corrientes. 


Desconozco tu nombre y qué lugar ocupas en el árbol familiar

ya no están quienes podrían darme esa información,

pero una parte de mí te reconoce

como mi ancestra

y te imagina con los saberes de una bruja.


Bruja de manos verdes

que sabe los nombres y propiedades de las plantas

que la convoca el fuego y la guía la luna, en su vida y en su siembra 

que fuma en pipa mientras lava la ropa en el río.


Esa parte de mí también imagina que quizás

fuiste la madre de Emilia,

mi tátara tátara abuela

mujer originaria que habitaba Ojo de Agua, Santiago del Estero.


Las convoco 

a todas las brujas que me anteceden

cuando me trenzo el cabello

cuando mis manos tocan la tierra

cada vez que siembro, transplanto, cosecho

cuando observo una planta de la que aún no se el nombre

cuando inicio un fuego que mantiene vivo al ritual del aquelarre

las hago presente a ellas y a sus saberes

me acompañan las brujas de manos verdes.


Federica Jachymiak Nacida en Córdoba Capital. Estudió Artes visuales en la UNC. Gusta de crear, jugando a entrelazar las artes. Guardiana de semillas libres, amor por las plantas, las diversidades y la bici.

Contacto: Instagram: @fedenbici

Paola Lucero Antonietti – También Cósmica / pla (o viceversa) –

Flor de la red flordelunar, arquitecta, ilustradora, docente, cósmica. Nacida el 2 de setiembre de 1979 en Córdoba Capital.Realiza diseños cósmicos en distintos soportes y formatos:  ilustraciones, mosaico fanzines. Arquitecta que pone su mirada en la ciudad y el habitar de la ciudad, haciendo foco en el diseño participativo y colectivo Es docente del secundario en donde aprende mucho de los chicos y las chicas. / Desarrolla talleres con niños y grandes en donde la creatividad es el motor de las producciones. Y juega.

Contacto: lapaocosmika@gmail.com / Facebook: Cósmica / PLA / Instagram: Cosmica.pla

 “Día a día se iba volviendo más seria y taciturna. Se extrañaban sus carcajadas y sus ocurrencias. Pasaba largas horas invocando espíritus a la luz de la luna, sacrificando alimañas para extraer la esencia vital de sus vísceras o fumando unas hierbas secretas que le enrarecían el ánimo porque, según decía, a través de ellas se conectaba con las fuerzas oscuras.” 

(Diario de un hada)

           El tema de las brujas me fascina. Tanto que no podía decidir qué escribir, desde dónde encararlo ni qué texto usar como introducción. En estos días una amiga que es psicóloga y bruja, pero sobre todo bruja; me prestó “Cometierra” una novela de Dolores Reyes que cuenta la historia de una joven del Gran Buenos Aires que come tierra y a través de la tierra tiene visiones que le indican el paradero de personas desaparecidas, la mayoría de las veces mujeres jóvenes, víctimas de femicidios. También estuve releyendo “Calibán y la bruja”, de Silvia Federici, que nos habla de un verdadero genocidio de mujeres perpetrado por el poder en la Europa del siglo XVI y trasladado a la América colonial. Mujeres que eran médicas, estudiosas, tarotistas, astrólogas, practicaban abortos, sabían sobre plantas o curaban el empacho. Al final decidí citar un texto mío y hacerme cargo de mi propia transmutación. Porque desde hace un tiempo siento que me estoy convirtiendo en bruja. Y no es porque cada vez me interese más la astrología o porque sea muy buena tirando el tarot que digo que me estoy convirtiendo en bruja. Es un poco por eso, pero es más que eso. Lo digo porque, al igual que las jóvenes protagonistas de “Diario de un hada”, el primer libro que escribí; o que Cometierra, esa bruja bonaerense que toma birra y escucha cumbia y de quien solo conocemos el apodo; o que cualquiera de las brujas condenadas a la hoguera por la Inquisición; he conocido el costo que hay que pagar por ser una mujer que le entra a fondo al conocimiento de lo desconocido, que se corre de ese lugar llamado “normalidad”, que renuncia a ser la mejor del grado, la niña obediente, la trabajadora ejemplar, la buena madre; para ser sencillamente ella misma. Una mujer libre. 

Dicho así suena muy bonito. Pero hemos de saber que el mundo nos va a castigar por ser tan osadas. Vamos a perder trabajos, espacios de militancia, amistades, parejas, cargos políticos, aplausos, premios, prestigio, dinero  y todas esas cosas con las que este mundo patriarcal premia a las mujeres hacendosas, disciplinadas y sonrientes. Como brujas en plena transmutación que somos, no nos preocuparemos demasiado por estas cuestiones. Ya hemos aprendido que la normalidad apesta y que el éxito individual es una farsa si no se pone al servicio de algo superior. Así que disfrutaremos bastante esta nueva soledad y seguramente nos dedicaremos al estudio, el auto conocimiento, la meditación…en fin, la brujería. 

Bienvenida sea esta soledad. Porque solo a partir de ella afinaremos la intuición, el olfato y la mirada para encontrarnos con otras brujas como nosotras. Porque este mundo de princesas complacientes, correctas y bien vestiditas, se está desmoronando a un ritmo tan acelerado que ni cuenta se están dando aquellos que lo sostienen; tan ocupados como están en defender sus privilegios. Porque cada vez somos más las que nos ubicamos del otro lado y no queremos corrección sino justicia; no privilegios sino derechos, no éxito individual sino felicidad colectiva.

Y cuando nos encontremos todas las que somos, ¡menudo aquelarre!

¡Hasta la victoria, always!

Florencia Ordóñez nació en Córdoba el 8 de marzo de 1977. Es licenciada en cursillos de nivelación y posee un doctorado en abandono de carreras universitarias. Escribe, publica libros propios y ajenos desde el sello Malasaña Ediciones, hace monólogos de humor, coordina talleres de escritura; ha incursionado en la actuación y el teatro de títeres. También se ha desempeñado en varios trabajos decentes de los que fue oportunamente despedida. Políticamente se define como feminista silvestre y anarco-peronista.

Pilar Emitxin ilustradora y productora gráfica de Córdoba (Argentina). Realizo gráficas feministas y de lucha, además de tareas de diseño y comunicación para los espacios colectivos que conforman nuestro movimiento. Cada imagen trae adentro horas de trabajo, de reflexión, de dolores, de caminos transitados por esta cuerpa que trabaja y lucha en el seno de un mundo en convulsiones. Elijo hacer mi trabajo tejiendo alianzas y redes de cuidados colectivos que pongan en jaque la fragilidad que el capitalismo y el patriarcado nos propone como forma de supervivencia, pero también que muestre otras formas de habitar y re-existir en este mundo. 

para las brujas horrorosas de los cuentos tradicionales

una ráfaga de amor y de justeza

una purga con tabaco en nombre suyo

los tiempos hilaron la metamorfosis

y puedo verlas andar

seguidas por los bichos

juntando yuyos de la pacha

clasificando medicinas

curando empachos y dolencias

hablando con los elementos naturales

con los espíritus de la tierra

y con los dioses

recibiendo información en sueños

rezando con la fuerza interna

leyendo en los astros y en las borras del café

en las manos y hasta en las hebras de pelo

atendiendo a la leyes metafísicas para conjurar la suerte

gozosas brujas

hermosas brujas

orgásmicas

luneras

comunitarias

silvestres

salú

al aquelarre abismal y su arcoíris

a las guardianas del poder no sistemático

no patriarcal

no científico

a las estrellas guías en la noche

a sus sahumos y a sus fuegos

sangre que sigue pulsando el corazón planetario

despierta

C.


Camila García Reyna nació el 27 abril de 1987 y es cordobesa criada en Cruz del Eje y Arroyito.

Escribe sobre todo poesía. Juega y por eso publica libros y recita y lee, y participa de puestas teatrales y musicales, y coordina talleres de escritura y lectura para niñes y grandes. Es Licenciada en Letras Modernas y apasionada por el mate y la comida deliciosa. Es un poco solemne, una pena, pero como se lo permite también se divierte con eso.

En este espacio de amor habrá una porción de poesía que es una forma de aprender la paz, de reconocerse, de recordarse, de entregarse, de compartirse siendo. Un deseo de encontrarse en las hermanas, de respetarse, de estarse queriendo, de respirar lo que elegimos, confiadamente, un poco más alegres cada vez.

Gilda Ibeas Madirolas es nuestra ilustradora invitada de allende los mares. Nació y vive en Madrid donde dibuja, baila, enseña y quién sabe cuántas cosas más, pues sol en Géminis. Pueden ver sus dibujos en instagram en @gim_ilustracion

Cada uno de los 4 elementos tiene sus diferentes estados,

a veces de calma y quietud,

otras de sanación y crecimiento,

a veces de activar y mover todas las estanterías,

otras de furia y destrucción.

No voy a enojarme con el fuego.

Voy a enojarme con los verdaderos culpables de este ecocidio.

Con el estado ausente, con la codicia ciega, con la perversa manipulación.

Y voy a dejar que el fuego vuelva a ese lugar de ritual sagrado,

de reunión a su alrededor,

de calor y alimento,

de pasión que nos motiva,

de juntada de brujes,

de mujeres bailando desnudas en la noche,

de faro que alumbra en lo oscuro.

Voy a dejar que el fuego me caliente el pecho,

y mantenga tibias las semillas del monte y de la vida.

Y voy a resguardar las semillas

y nunca dejar de plantar.

Sayi Paris Cavagnaro, nació en Mendoza en 1988, pero comenzó a crecer en Traslasierra, en un lugarcito llamado El Huaico, y de ahí siente que es.
Estudió Artes Plásticas en la UNC y dibuja y baila y hace visuales acompañando músicas y cuerpas..
Hoy sigue creciendo, entre viajes, esta Córdoba que nos une, y sus sierras, entre estxs hermanxs con lxs que crea, entre esta fuerza feminista que nos obliga a revisarnos y deconstruirnos, entre estas líneas que no paran de brotar..

Instagram: @sayiyisa
Facebook: Sayi Ilustraciones y otras hierbas

Para celebrar el ciclo de la abundancia

que se inicia con la temporada primavera/verano,

construimos un ritual

social y comunitario

ancestral.

Es un ritual donde todxs damos y recibimos,

intercambiamos saberes populares,

experiencias y semillas.

Semillas criollas, nativas y libres

que guardan en su interior el origen de la vida

pasado y futuro

historia y cultura

diversidad y soberanía

territorio.

Federica Jachymiak Nacida en Córdoba Capital. Artista visual. Realiza trabajos individuales y grupales en diversos formatos y lenguajes artísticos. Feminista impulsada por el amor a la autogestión, la bici y el entrecruce entre las artes. Contacto: fede.jachymiak@gmail.com Instagram: @fedenbici

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Hacia arriba

Por qué cambiar

La experiencia nos ha enseñado que cuando las mujeres se animan a probar un producto de higiene menstrual reutilizable, ya no quieren volver a usar descartables. Inician un camino que termina con todo lo que necesitan para atravesar los días de su sangrado menstrual. Más allá del consumo. Más parecida a la vivencia de tener -nuevas o viejas- las prendas íntimas que necesitamos en nuestra vida cotidiana.

Porque cuidamos nuestros cuerpos

Las toallitas de tela son mucho más higiénicas. Son 100% de algodón, por eso aseguran la circulación de aire y ayudan a la prevención y curación de varios tipos de infecciones vaginales. También evitan irritaciones por rozamiento ¡Se sienten suavecitas como tu ropa interior!

Por la misma circulación de aire no se producen los olores que las otras generan cuando la sangre queda encerrada entre plástico y químicos y comienza a descomponerse.
La industria de toallitas y tampones descartables, pensada desde un modelo patriarcal que busca desechar y ocultar las particularidades de la feminidad, utiliza sustancias como latex, cloro, dioxinas, polvos absorbentes, que estarán en contacto directo con una zona súper sensible de tu cuerpo. ¡Parecen tan blancas y limpias, pero no podemos lavarlas antes de usarlas, y producen tanto olor en el tacho antes de tirarlas! Es una forma de actualizar la vieja idea de que en esos días estamos sucias o impuras, cuando sólo estamos menstruando.

Con respecto a los tampones, sabemos que se usan desde hace siglos, hay evidencias de que las egipcias, babilonias y asirias de clases altas utilizaban papiro ablandado como tampones. En la Roma imperial se usaban rollos de lana de calidad y en la Edad Media y en el Renacimiento tampones de algodón.
El problema hoy es quiénes y cómo se producen los tampones descartables. Tienen materiales que, una vez colocados, absorberán otros flujos vaginales que contribuyen a tu salud, absorberán mucho más de lo que tu cuerpo desea liberar, además de dejar restos dentro de tu cuerpo cuando los sacás. Para su fabricación se utilizan blanqueadores y absorbentes realmente riesgosos como el rayón y la dioxina. Tomate el tiempo de investigar un poquito qué es lo que vas a dejar dentro de tu cuerpo por horas, más allá de lo que dice la cajita.
Al probar formas alternativas de recibir tu menstruación, vas a ver qué linda y pura es la manera en que nuestro cuerpo se prepara para acunar a un bebé.

Porque queremos a la Pacha!

¿Alguna vez pensaste que la primer toallita descartable que tiraste en tu vida puede estar todavía intacta? ¿Cuántas más tiraste luego? ¿Sabías que demoran 500 años en degradarse? Todas las mujeres, alrededor de 35 años de vida fértil cada una, producirán toda esa basura y contaminación. Teniendo otras alternativas ¿tiene sentido? Las toallitas de tela se producen con algodón, fruto de la naturaleza, pueden durarte más de 5 años! (pensá que las usarás y lavarás mucho menos que a algunas remeras de algodón que quién no se ha resistido a tirar por… ¿cuántos años?) cuando decidas que es tiempo de cambiar alguna de ellas, podés enterrarla, tirarla en tu compost o en tu huerta, y en poco tiempo formará parte de ella.

Porque queremos dar vida a economías amorosas!

La primera economía que cuidar es la tuya: lo que parece más barato resulta muy costoso con el pasar del tiempo:
Si te comprás dos paquetes de toallitas descartables de $25 por mes, en un año gastarías $480, más protectores diarios de $20, suman $720 en un año. En 4 años gastarás casi $3000 en algo que no tenés, porque usás y tirás, que genera problemas ambientales y ni siquiera es bueno para tu cuerpo.
El consumo responsable y conciente es imprescindible en la construcción de economías más humanas. Usar la menor cantidad posible de descartables es una forma de expresarle amor a la Tierra que nos hace espacio y nos brinda todo lo que necesitamos para vivir.
La otra parte, fundamental, es la producción: las toallitas descartables son producidas por una industria que se alimenta de la explotación de sus trabajadorxs y de la destrucción de la Tierra; para ella somos meros clientes cuyo comportamiento hay que dirigir en favor de sus ganancias. Así nos convencen con publicidades mentirosas y accedemos a entregarles mucho dinero en cada ciclo y a identificarnos con sus ideas negativas sobre la feminidad.
Flor de Luna es un emprendimiento cooperativo, pensado para alegrarnos y permitirnos desarrollarnos como personas mientras trabajamos. Y mientras charlamos, compartimos, nos queremos. Sin empleadxs ni patrones, haciendo vida nuestra convicción de que es posible trabajar en lo que unx ama, de manera autónoma.
Comprando nuestras toallitas realmente te sumás a construir una comunidad cuidadosa de las personas y la Tierra.

Porque no queremos volver a la época de nuestras abuelas, pero sí aprender de ellas.

Nuestras abuelas usaban telas en vez de descartables, porque los descartables son un invento bastante novedoso en la historia occidental. Desde hace poco más de 30 años, cuando comenzaron a ser populares, la contaminación ambiental creció exponencialmente y las mujeres fuimos en una parte responsables d e ésto. Nos hicieron creer que además de práctico era más higiénico, y nos hicieron creer que la Tierra era una fuente infinita de recursos de donde siempre se podrían producir más descartables aún mientras usábamos y tirábamos toneladas de plástico altamente contaminante en nuestra tierra, ríos y mares.
Nosotras crecimos pensando que las toallitas descartables eran lo único y lo mejor para usar mientras menstruábamos, pero en un momento nos dimos la oportunidad de revisar esta práctica tan naturalizada. Decidimos integrar y aprender de nuestras abuelas, y mejorar aquello que podíamos mejorar, los modelos, la comodidad, la seguridad.
Si no somos nosotras, ¿Quienes? Generalizar el uso de descartables fue un error que le cuesta mucha salud a nuestro planeta, a los seres vivos y entre ellos también a las mujeres. Hace falta humildad para reconocer los errores y valentía para intentar superarlos. Que nuestro camino sea de aprender de nuestros pasos y no de negar nuestro pasado. Lo que es bueno para la Tierra, es bueno para nosotras.

 

Experiencias

“Con las toallitas de tela estoy muy contenta, no me irritan ni me generan tanto calor como las de plástico. La verdad es que son muy cómodas, y no he tenido ningún tipo de manchas inesperadas en pantalones ni nada por el estilo, creo que se pueden incorporar a la vida diaria sin ningún problema.”

“Tengo toallitas, al principio me costo un poco acostumbrarme (miedos a ensuciarme, el olor…) es tan hermosa experiencia!!! hace dos años que las uso mas o menos!! estoy chocha y los protectores diarios tambien.”

“La verdad es que ya va a hacer un año de mi primera compra de toallitas y protectores de tela y cada ciclo que pasa estoy más convencida del gran cambio y elección que hice. Obviamente que al principio me daba cierto temor y me sentía condicionada por los tabúes sociales, me dijeron tantas cosas que no sé si voy a poder escribirlas todas (…) Cuando compré las toallitas estaba justo realizando mis prácticas de residencia y cómo tenía que viajar el tiempo que pasaba afuera era mucho y sentía que las toallitas no se la iban a aguantar o que sería incomodo tener que ir a cambiármela y ¿qué hacía con la toallita sucia? Pero debo decir que cuando una las empieza a usar no puede dejar de hacerlo, uno rápidamente nota el cambio en el cuerpo y en la conciencia.”

 “Me encantan las toallitas de tela!! El año pasado decidí dar el paso luego de recomendaciones de amigas y de leer al respecto. Venía mal de salud, con una infección tras otra… Y me dije : basta! Me di cuenta que eran a causa de las toallas desechables… Este cambio formó parte de un proceso de sanación de mi útero… Y sinceramente les digo que funciona…. Mis menstruaciones se hicieron cada vez menos dolorosas, sin mal olor, menor cantidad y sobretodo no más infecciones!!! Pude conectarme con mi útero, comprenderlo, respetarlo y adorarlo.. Ahora espero mi primer bebé luego de tres pérdidas… Felicidad plena y sobre todo sana y conectada con mi poder femenino!!

 “Fui a mi ginecóloga para un control y no tengo absolutamente nada, ni hongos, ni bacterias, ni el “olor a menstruación” ni nada… nunca más desde que las uso me manché y es más un día salí apurada, agarré una toallita descartable que estaba en el baño y mi cuerpo ya estaba acostumbrado a las toallitas de tela y me manché absolutamente toda… Quiero decir que todavía están como nuevas y que el lavarlas a mano nos da un tiempo para frenar, relajarnos, reflexionar y amigarnos nuevamente con nosotras mismas, con nuestra sangre.”

 “Conocí Flor de Luna buscando alguna alternativa a los protectores diarios descartables para acompañar el uso de la copa menstrual ya que tenía pérdidas. Cuando vi que existían protectores de tela me alegró muchísimo! Los compré y realmente noté mucho la diferencia. Son más suaves que el plástico descartable, son más cómodos también porque no sentía picazón ni olor, y realmente fáciles de lavar. Después de eso ya me compré las toallitas y fue una revolución para mi cuerpo :)”

 “Hace 5 años que me pasé a la tela. Esta desición fue parte de un replanteo sobre la sustentabilidad de mis hábitos en general, y por la generación de residuos en particular. En este tiempo aprendí a que “mancharse” no es nada grave, a ver la belleza en el agua rojiza y a que el blanco impoluto no es sinónimo de higiene. También resultó ser un alivio económico en mi época de menstruaciones abundantes. Esta toma de posición fue parte de un proceso donde perdí la vergüenza al hablar sobre la menstruación, porque dejó de ser ese tema asqueroso con el que lidiar cada mes y se conviertió en una parte de mi ciclo femenino.”

Soy Melu y estuve en el taller que se armó en Bs As (en Almagro). En primer lugar agradecerte ese espacio, que junto a las compañeras, se transformó en un momento súper enriquecedor y -en lo personal- de mucha transformación (“pensar diferente p sentir diferente”).
Te cuento que ya usé las toallitas y así como fui feliz descubriéndome con la copa hace unos años, ahora volví a atravesar un proceso similar, así que no puedo más que agradecerte a vos y a las flores de luna que andan por allá.”

 


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